“Hoy, después de 77 años, José María León vuelve a ser nuestro alcalde”
Aguilar (Córdoba) nombra a su alcalde y concejales fusilados en 1936 miembros honorarios de su Corporación. Es uno de los primeros pueblos que lleva a cabo este reconocimiento
ALFONSO ALBA / AGUILAR (CÓRDOBA) / 26 OCT 2013
andaluces. es (periódico digital de ideas y noticias)

Homenaje a los miembros del Ayuntamiento de Aguilar fusilados. // ENRIQUE GÓMEZ
“Es nuestra obligación dejar claro que aquellos que dieron su vida por la libertad son un ejemplo para las generaciones futuras”. Un enorme retrato de José María León Jiménez, el alcalde de Aguilar de la Frontera (Córdoba) fusilado en 1936, presidía el Auditorio Municipal de los Desamparados durante el discurso del actual regidor, Juan Martín (PSOE). Junto al retrato de León Jiménez, las imágenes en blanco y negro de los otros cuatro concejales republicanos fusilados en el verano del 36 (Antonio García Márquez, Antonio Cabello Almeda, Andrés Alberca Conde y Rafael Aparicio de Arcos) destacaban en un acto que llenó el recinto aguilarense y en el que se les nombraba “miembros honorarios” de la Corporación aguilarense por los siglos de los siglos.
Aguilar de la Frontera se ha convertido en uno de los primeros pueblos de España en llevar a cabo esta distinción para sus alcaldes y concejales fusilados cuando fueron sorprendidos por el estallido de la Guerra Civil gracias a una de las asociaciones por la recuperación de la memoria histórica más activas de Andalucía: Aremehisa. Presidida por Rafael Espino, esta asociación ha desenterrado docenas de cadáveres de fusilados que estaban en fosas comunes en el cementerio aguilarense, los está identificando a través de sus correspondientes pruebas de ADN y les ha dado una sepultura digna. Gracias al empeño de Aremehisa, el Ayuntamiento de Aguilar ha cambiado el nombre de dos calles para otorgárselas a su alcalde y a uno de sus concejales fusilados, y ha organizado cuatro congresos sobre memoria histórica, publicando ya dos de sus actas.
“Hoy, después de 77 años José María León volverá a ser nuestro alcalde. Y Antonio García Márquez, Antonio Cabello Almeda, Andrés Alberca Conde y Rafael Aparicio de Arcos volverán a ser nuestros concejales para siempre. Aguilar de la Frontera salda así una deuda histórica y su Corporación vuelve a estar al completo”, leía, durante su discurso, con firmeza, Rafael Espino. “Para nosotros, aún están vivos y no dejarán de ser lo que fueron: hombres libres”.

Espino leyó también las palabras de Virginia, la hija del alcalde fusilado, que recordaba cómo el día 18 de julio de 1936 su padre se fue al Ayuntamiento. “Decía que estaba en su sitio. Aquel día fueron a por él y lo cogieron por socialista. Se lo llevaron a matarlo el 2 de agosto de 1936″. La nieta del regidor, también llamada Virginia porque según su padre evocaba el concepto de “libertad” a su abuelo, que desde ayer ya es perpetuo en Aguilar de la Frontera, envió un mensaje desde Barcelona: “Siento una gran alegría porque al fin se reconoce su lucha. Pero también siento pena porque este reconocimiento no llegara antes, cuando sus hijos vivían y no han podido disfrutarlo“. “Gracias por este testamento de libertad y futuro”, concluyó. “La vida de estos hombres admirables no terminó con su muerte”, cerró Rafael Espino, entre el aplauso de un auditorio repleto.
Sin embargo, la reparación aún no es completa. De momento, sólo la familia del alcalde fusilado ha identificado sus restos a través de la pruebas de ADN y le ha dado una sepultura digna. De los otros cuatro concejales, uno fue fusilado en Córdoba, donde fue llevado preso en agosto de 1936, y los otros siguen estando en una nave de propiedad municipal en Aguilar a la espera de que los identifiquen. “La espera está siendo demasiado larga, pero nunca es tarde”, concluyó el actual alcalde.
Uno a uno, los familiares de los fusilados fueron recogiendo las distinciones que convertían en miembros honorarios a los fusilados en 1936. El público, en pie, recibió con aplausos -y algunos con lágrimas- la distinción que cierra una herida abierta en un desgraciado verano de hace 77 años.

ALCALDE JOSÉ MARÍA LEÓN JIMÉNEZ

José María León Jiménez nació en Aguilar de la Frontera (Córdoba) a las nueve de la noche del día diez y siete de Abril del año mil ochocientos noventa y dos (1892), en la casa de sus padres, el matrimonio formado por Manuel León Pino y Francisca Jiménez y Toro, en la calle Belén número 22, en el seno de una familia campesina, siendo el segundo de cuatro hermanos. 
En el primer registro documental de su nacimiento se le asignó el nombre de José María de San Aniseto, siendo este largo nombre compuesto simplificado por su familia, allegados , amigos y conocidos, que le llamaron siempre por el nombre de José María. 
José María, paso su infancia y juventud, trabajando en el campo, donde a edad muy temprana se despertó en él la inquietud por las cuestiones políticas. Desde muy pequeño, su padre conocido popularmente en la localidad por su nombre Manuel León, lo enseño a leer y escribir, costumbre no muy usual en la época. Su denodada afición a la lectura hacía que José María devorara cientos de libros y documentos en los tiempos dedicados al descanso ( cigarrillos) en las duras y largas jornadas de trabajo en el campo, lectura que compartía con las gentes analfabetas de las cuadrillas de jornaleros que le reclamaban también participar de la información recogida en los mismos.
Contrajo muy joven matrimonio con Consuelo Lucena Pino, del cual nacieron seis hijos: Manuel, Juan ,Virginia, José, Consuelo y Rafael León Lucena ,estableciendo su domicilio en la calle La Eras, número 6. 
Su inquietud por las cuestiones políticas y las desigualdades sociales pronto le llevó a ingresar en el Partido Socialista Obrero Español, (PSOE) partido al cual estuvo siempre ligada su trayectoria política.  
Siendo muy joven aún, cercano a los veinte años de edad en el año 1913, al igual que ocurrida en casi todo el país, José María León, junto a un pequeño grupo de trabajadores, la mayoría de ellos jornaleros del campo, como él, decidieron crear una Sociedad Obrera, socialista, para trabajar juntos y defender sus intereses. Su implantación y adaptación en los primeros años será lenta y salpicada de obstáculos, fundamentalmente debido al sistema político imperante y a la directa oposición planteada por un sistema caciquil y religioso que impedirán a toda costa su proliferación y desarrollo. 
Serán pocos militantes, pero dedicarán todo su tiempo libre a propagar las doctrinas del movimiento obrero. Trabajadores manuales, la mayor parte de ellos sin cultura alguna, entregados en cuerpo y alma a concienciar a sus compañeros y hermanos de que para liberarse del yugo opresor, de la tiranía y la esclavitud, es necesario e imprescindible organizarse y asociarse a la recién creada Sociedad Obrera “El Porvenir del Trabajo”, Agrupación de Trabajadores de ideología , predominio e influencia socialista, de la cual en este mismo año en el mes de enero se ha conmemorado el 100 aniversario de su creación. 
De la mano de las ideas que se difunden entre el campesinado, con arraigo y con fuerza, son las procedentes de la ideología anarquista y socialista, que muy probablemente llegaron a Aguilar, procedentes de la localidad vecina de Puente Genil, vía “Los Arenales”, donde era frecuente por ser el límite lindero entre ambos municipios la aglomeración en las cuadrillas de trabajadores de obreros de ambos pueblos.  
Muy posiblemente el conocimiento de esta ideología llegaría a José María León, formando parte en estas cuadrillas y en esa zona de Aguilar, donde su familia trabajaba casi todo el año, en las largas noches de pernocta en los cortijos, se adoctrinara a través de la prensa escrita y de la propaganda verbal de algún miembro de una organización obrera externa a la localidad, a los futuros dirigentes y seguidores de las doctrinas socialistas en Aguilar de la Frontera.  
La recepción de la prensa obrera y de las charlas por parte de campesinos provenientes de Puente Genil, trasmitió de viva voz en las “fumadas” o por la noche a la luz de un candil las primera ideas que cristalizaron posteriormente en la formación de la primera formación campesina de Aguilar. El adoctrinamiento, y la labor de educación ideológica, dieron paso al desarrollo intelectual de los campesinos. Al descubrimiento de otra verdad posible, que transforma e inspirará a los dirigentes locales, comenzando por combatir el analfabetismo y la ignorancia existentes hasta ese momento.
A mediados del año 1918, en el mes de junio, se realizará la inscripción reglamentaria en el registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Córdoba de la Agrupación Socialista de Aguilar de la Frontera con el nombre de “Sociedad Obrera de Oficios y Profesiones Varias “La Evolución”. Y a comienzos de noviembre del mismo año cuando se realizará su ingreso oficial en el Partido Socialista Obrero Español. En marzo del año 1919, la Agrupación Socialista de Aguilar de la Frontera, será reorganizada por primera vez en su historia. 
En su fundación participaron activamente los líderes históricos y dirigentes socialistas de la localidad en esas fechas: Antonio Cabezas Jiménez, José María León Jiménez, Antonio Cabello Almeda, Antonio José Luque Cuenca, Eustaquio Josende , Mariano Navarro Reina, Francisco Toro González, Eduardo Varo Pino, José María Carretero Navarro, Antonio Luque Jiménez, Antonio García Márquez y José Campos, entre otros.  
En el año 1920, cumplidos apenas las 28 años José María León, es ya concejal socialista en la corporación municipal de Aguilar de la Frontera, junto a otros compañeros de partido de la localidad: Mariano Navarro Reina, Eduardo Varo Pino, Antonio Luque Jiménez y Antonio J. Luque Cuenca. 
Tras el paréntesis impuesto por la dictadura de Primo de Rivera, en el año 1930, José María es nombrado de nuevo concejal en un pleno compuesto por los nueve mayores contribuyentes de la localidad y por nueve ex concejales del periodo electoral 1917-1923 (grupo en el que se encuentra él).  
En 1931, bajo el gobierno del almirante Aznar, se produce una interesante votación en la corporación para designar al nuevo alcalde de Aguilar de la Frontera. Dos candidaturas concurren a esta elección: De una parte la del ex maurista José Ladrón de Guevara y Aumente, que representaba a la oligarquía del pueblo. Y por la coalición republicana-socialista se presenta José María León Jiménez. En esta época ya lidera la agrupación socialista local de la que era presidente. El 23 de marzo de 1931, representa el programa republicano-socialista para participar en las elecciones municipales del mes de Abril de 1931. 
Tras estas elecciones, España “se levanta republicana”. El pueblo de Aguilar, demostró sus deseos de cambio otorgando la mayoría a la coalición republicana-socialista (13 concejales frente a 7 monárquicos). En los siguientes días se procede a la elección de alcalde y del equipo municipal de gobierno. Siendo elegido como candidato de la coalición, el republicano José Jiménez
Carretero, quedando José María León Jiménez como primer teniente de alcalde. En los últimos días de Julio, una moción de censura presentada por los concejales socialistas, convierte a José María León, en el primer alcalde socialista de la historia de Aguilar de la Frontera.
 
Activamente defensor de Estatuto Andaluz, el alcalde José María León participo junto a varios miembros más de la corporación local socialista, el abogado Rafael Aparicio de Arcos y el secretario del Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera, José María de Ciria López, en la Asamblea Regional Andaluza, convocada en Córdoba el 30 de enero de 1933, en la cual se sentaron las bases para un proyecto de Estatuto Andaluz.  
En febrero de 1936 tras el paréntesis del bienio radical-cedista en el que gobernaron las derechas- José María León, es nombrado de nuevo alcalde de Aguilar de la Frontera. 
El 18 de Julio de 1936, tras el levantamiento de los militares insurrectos, el teniente de la Guardia Civil, había asegurado un día antes al alcalde la fidelidad de la benemérita al gobierno legítimo de la República. No fue así, el día 19 de Julio, la guardia civil publicó el bando de guerra, y se incautó del Ayuntamiento. 
José María León, permaneció oculto, durante varios días al tener conocimiento de las detenciones y los asesinatos que se estaban produciendo durante esos primeros días. Huyo junto a varios compañeros más de Aguilar de la Frontera y encontraron refugio en los pagos de los Arenales, donde su hermano Manuel les escondió durante varios días. 
Sería detenido en la madrugada del día 25 de julio, cuando de noche se acercó a su domicilio para poder ver a su mujer y sus hijos. La vigilancia a que la fue sometida su casa, logró detenerlo y encarcelarlo en la cárcel de Aguilar de la Frontera, hasta la madrugada del día 2 de agosto de 1936. Esa misma mañana, una semana después de su detención, sería sacado del cuartelillo, maniatado con alambres, junto a varios hombres y una mujer, subidos a un camión y fusilados.  
” … durante los días que estuvo detenido en la cárcel, no quiso que me madre hablara con él, para que no lo viera en aquel estado. Mi abuela le llevaba de comer.” 
Asesinaron a un hombre que representó por muchos años las ideas y esperanzas de liberación de un pueblo que quiso la libertad y la democracia. Un hombre íntegro en sus ideales, socialista y hombre de izquierdas.  
” … venía a vernos de noche, siempre de madruga, campo a través para no ser visto, hacía siete u ocho kilómetros andando de noche, para ver como estábamos … lo mataron solo por ser socialista. Hombres así ya no los hay. “ 
Oculto su cadáver, no se sabe dónde, intentaron durante largo tiempo silenciar su existencia, silenciar su nombre y su vida. Y así fue durante muchos años. Su familia jamás supo dónde buscarlo. Jamás supo donde recuperar su cuerpo. 
La inscripción oficial de su muerte, sería registrada fuera de plazo legal, el día tres de febrero del año 1941. El informe de la alcaldía firmado y enviado por el alcalde de Aguilar en el año 1941 al Juzgado de Instrucción de esta localidad para practicar dicha inscripción decía literalmente el día 9 de enero de 1941 : 
” … murió en esta población el día dos de agosto de 1936, a consecuencia de la represión realizada por los elementos Nacionales contra los que se oponían al triunfo de nuestro Movimiento. El citado José María León Jiménez, era Alcalde de esta Ciudad perteneciente al frente popular y militante activo del partido socialista, por cuyas circunstancias y antecedentes fue uno de los que opusieron al citado Movimiento.”  
Después de su asesinato, se silenció su vida, se silenció su nombre y se ocultó documentalmente su muerte durante los largos años de la dictadura, la transición y también durante la democracia.  
Una democracia que olvida a los que tanto lucharon por ella y por la libertad, es una democracia incompleta y también desagradecida. Todos tenemos una deuda pendiente con las personas que entregaron sus vidas sin pedir nada a cambio, ocultados y enterrados sin dignidad y en el más absoluto de los olvidos.  
Los restos mortales del alcalde de Aguilar de la Frontera en 1936, José María León Jiménez, “desaparecido” y asesinado el día 2 de agosto del año 1936, por la sinrazón y la barbare, han sido identificados en el ambicioso proyecto de identificación genética que AREMEHISA, (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera) (Córdoba), viene desarrollando desde la primavera del año 2010. La fosa número 18 ocultaba celosamente su contenido, mas perpetuado si cabe con el engaño premeditado y la autorización municipal para que sobre ella se construyese un panteón familiar.  
El pasado año, el día 8 de junio, volvieron en un ataúd de madera cubierto por la bandera de Aguilar de la Frontera sobre el que descansaba el bastón de mando, con toda solemnidad al Salón de Plenos del Ayuntamiento. Fueron escoltados hasta allí por miembros de la policía local . La corporación municipal en pleno rindió un homenaje póstumo que sin duda alguna este pueblo tenía pendiente con su alcalde y con los cuatro miembros de la corporación municipal de 1936, que fueron asesinados también junto a él, los concejales socialistas Antonio Cabello Almeda, Antonio García Márquez, Rafael Aparicio de Arcos y el republicano Andrés Alberca Conde.
Los restos mortales de José María León han sido encontrados en una fosa en el interior del Cementerio Municipal. Los acontecimientos ocurridos en esta localidad , con motivo del alzamiento militar del 18 de julio de 1936, trajeron consigo la “desaparición forzada” de numerosas personas. Su desaparición física y documental, la falta de noticias veraces de lo sucedido en esos días, sumada a la incertidumbre acerca de su paradero, causaron indecibles sufrimientos a las familias afectadas.  
Sufrimientos que aún hoy desafortunadamente perduran, a pesar de haber transcurrido más de tres cuartos de siglo desde aquellos hechos. 
La mayor parte de las personas “desaparecidas” fueron asesinadas. El único alivio para los familiares es recibir, aún hoy, una confirmación fidedigna de la muerte y saber que los restos de sus seres queridos han sido o pueden ser tratados con dignidad y con respeto, por su cultura o por sus creencias religiosas. 
La recuperación y la identificación adecuada técnica y científicamente del alcalde José María León Jiménez y las demás las personas “desaparecidas”, es, ha sido y será parte fundamental del proceso de reparación a los familiares.
La evolución de la ciencia forense, la alquimia de la ciencia y en particular de la genética mediante el análisis de ADN, ha permitido que hasta el momento AREMEHISA, haya podido identificar plenamente 33 personas “desaparecidas” (entre ellas 5 mujeres) y se trabaje actualmente en el cruce de datos de otras 14 personas más, de un total de 66 cuerpos exhumados en las sucesivas intervenciones en las que AREMEHISA viene trabajando desde el año 2010 , para que sus familias conozcan el último paradero de sus seres queridos, y poder de esta forma también hacer entrega de los restos mortales identificados a sus familiares. 
Hoy somos más conscientes que nunca de la importancia del cumplimiento de los objetivos que nos marcamos hace mucho tiempo, recuperar e identificar. Gracias a ellos podemos estar orgullosos de que muchas familias, entre ellas también la del alcalde José María León Jiménez, puedan por fin enterrar dignamente a sus “desaparecidos”. 
Autor: Rafael Espino Navarro

ANTONIO CABELLO ALMEDA

Antonio Cabello Almeda fue uno de los principales dirigentes de la Agrupación Socialista y del sindicato de obreros del campo La Razón, adscrito a la UGT, en Aguilar de la Frontera (Córdoba) durante la Dictablanda y la II República.
Según el Padrón de Habitantes de 1935 nació en 1902 en esta localidad cordobesa, si bien esta fecha no coincide con el dato recogido al inscribir su defunción en el Registro Civil, donde se consigna que fue fusilado en los primeros días de agosto de 1936 con 39 años, lo que llevaría su nacimiento a 1897. Desconocemos todo lo relativo a su infancia, aunque sí sabemos que desde muy pronto sintió una gran curiosidad intelectual, lo que le permitió aprender a leer y a escribir y a convertirse en un empedernido lector.
Sin embargo, la situación económica del hogar de los Cabello Almeda hizo que desde muy joven Antonio tuviera que ganarse la vida, algo que hizo, habitualmente como jornalero (aunque también desempeñó otros oficios).
Desde muy joven se manifestaron en él sus inquietudes políticas. Así, pronto publica algunos artículos en los rotativos montillanos Fuerza y Cerebro y Montilla Obrera, órganos de la Agrupación Socialista montillana. En ellos se manifiesta un carácter beligerante, cercano en estos momentos a las posturas terceristas, que ya no le abandonará en el resto de su vida política. He aquí una muestra que apareció con el título “Oid, burgueses andaluces”:
¡Contemplad a vuestras víctimas, burgueses sin conciencia! ¡Oíd a los trabajadores que lamentan su mala situación, por causa de vuestra canallesca ambición! ¡Contemplad a los que han producido vuestras riquezas, que hoy mueren en la mayor miseria!
Oíd vosotros, que amparados por el indecente caciquismo andaluz, habéis cometido toda clase de atropellos y criminalidades con la clase trabajadora. Oíd vosotros, cuando a los trabajadores les es irresistible el hambre y se lanzan a la calle a pedir justicia, y le ponéis al frente a la Guardia Civil. Micro Biografía descargada de http://www.todoslosnombres.org
¿No os llega a lo más profundo de vuestros corazones de hiena, los lamentos de los trabajadores que caen en la calle por pedir una cosa justa y razonable que vosotros no queréis concederles?
¿No os entristecen tantas lágrimas como derramas esas criaturas que se quedan sin padre a causa de vuestra furia?
Si no queréis poner medios para evitar estas arbitrariedades, seguid vuestros canallescos procedimientos, seguid apoyándose en el caciquismo y en la Guardia Civil, que algún día no lejano, los trabajadores, se darán exacta cuenta de vuestro mal proceder, y se levantarán curados para saldos todo cuanto le restáis.
¡Seguid, burgueses sin conciencia! ¡caciques sin dignidad! seguid tiranizando a los trabajadores, que los trabajadores andaluces sabrán tomar ejemplo de los trabajadores rusos, para envolver en una ola revolucionaria a todos los culpables de esta tragedia y entonces reinará la paz y la justicia en Andalucía.
En torno a 1926 ó 1927 se casa con Teresa Paniagua Molina.
En marzo de 1931 destacados líderes obreros de la localidad (entre otros los socialistas Antonio García Márquez, José María León, Eduardo Varo Pino, Antonio Prieto Álvarez) firman un manifiesto en el que se informa a los aguilarenses de la constitución de una coalición entre republicanos y socialistas para afrontar con las mayores garantías de éxito el proceso electoral que se avecinaba. Finalmente, dicha coalición resulta victoriosa (13 concejales frente a los 7 monárquicos) y Antonio Cabello, con 247 votos, se convierte en concejal del Ayuntamiento, siendo nombrado segundo teniente de alcalde en la primera corporación republicana, constituida el 15 de abril.
A partir de este momento, desarrollará una destacada carrera política en la que, entre otros hitos, destacaríamos los siguientes:
1. Su activo protagonismo en los plenos más decisivos que se celebran en Aguilar de la Frontera en el período republicano.
2. Su labor como movilizador de las masas socialistas. Valgan como ejemplos su faceta como orador en diversos mítines celebrados en la
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localidad (en dos de ellos actúa como presentador de destacados socialistas provinciales como Azorín Izquierdo, el doctor Romera, Gabriel Morón, Fernando Vázquez o Martín Sanz) y su labor conduciendo a los militantes socialistas desde la Casa del Pueblo al salón de plenos del Ayuntamiento, donde se discutía la moción que elevaría a José María León, concejal socialista, a la alcaldía a finales de julio de 1931.
3. Su nombramiento como vocal de la clase obrera en la primera Comisión de Policía Rural que se constituyó en Aguilar de la Frontera en septiembre de 1931.
4. Su nombramiento como vocal de la Junta Provincial de Reforma Agraria en abril de 1933.

Con ocasión del triunfo de las derechas en las elecciones legislativas de noviembre-diciembre de 1933, la carrera política de Antonio Cabello, como la de la mayoría de los líderes obreros cordobeses, eclipsará. Se inicia desde el gobierno civil una campaña contra dichos lideres de la que no escapará Cabello. En septiembre de 1934 su casa es registrada por la Guardia Civil (junto a la Casa del Pueblo y de otros dirigentes socialistas aguilarenses) con la excusa de buscar armas. Un mes más tarde Cabello será suspendido en su condición de concejal del Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera (junto al resto de los ediles socialistas y republicanos de izquierda).
Esta situación se prolongará hasta el mes de febrero de 1936 cuando, tras la victoria del Frente Popular en las elecciones legislativas, se reintegran a sus cargos los concejales y alcaldes suspendidos en el 34. De este modo, vuelve Cabello a la corporación aguilarense para, un mes más tarde, concretamente el 21 de marzo, ser nombrado miembro de la Comisión Gestora Provincial (Diputación). Precisamente, asiste a la última sesión celebrada por dicha institución el 17 de julio de 1936, lo que trae como consecuencia que el estallido de la sublevación le sorprenda en la capital.
Aunque no sabemos a ciencia cierta qué ocurrió durante los primeros días del Alzamiento, parece ser que permaneció oculto hasta que, finalmente, fue sorprendido, detenido y fusilado en Córdoba en los primeros días de agosto de Micro Biografía descargada de http://www.todoslosnombres.org
1936. Su hijo, Antonio Cabello Paniagua, nos señala que, posiblemente, pasó estos últimos días con el doctor Romera, con quien le unía una gran amistad.
Autor: Diego Igeño Luque
ANTONIO GARCÍA MARQUEZ

El jornalero y líder socialista Antonio García Márquez nació en Aguilar de la Frontera el 6 de julio de 1873. Hijo de Ramón y Josefa fue conocido por el sobrenombre de «el chico la jeta».
Las primeras noticias sobre su actividad política datan de septiembre de 1903, recién cumplidos los treinta años, cuando es nombrado vocal suplente del Centro Republicano de su localidad natal, presidido en esas fechas por Baldomero Luque Gálvez (como presidente honorario figuraba Jerónimo Palma y Reyes).
Poco más conocemos de esta aventura republicana ya que las siguientes referencias lo vinculan al socialismo local, dirigiendo su acción hacia una doble dirección: como concejal del ayuntamiento y como máximo dirigente del sindicato de obreros del campo La Razón, adscrito a la UGT (ostentará el cargo entre 1930 y 1934) y del Centro Obrero.
En los últimos coletazos de la Restauración, Antonio García es el único concejal socialista elegido en las elecciones de febrero de 1922, desempeñando el cargo hasta el triunfo del golpe militar de Miguel Primo de Rivera.
Tras el parón de la dictadura, nuestro biografiado asume un destacado protagonismo en la política aguilarense. Son varias las noticias halladas sobre él en los meses que preceden a la República. El 20 de abril de 1930 se celebra una reunión para «exponer las doctrinas del Partido Socialista Obrero», en la que participan el arquitecto Francisco Azorín, el dirigente montillano Francisco Zafra y el presidente local Antonio García Márquez. Junto a él, compondrán la junta directiva Francisco González (vicepresidente) y Antonio Prieto Álvarez (secretario).
Unos días más tarde, García Márquez remite un oficio al alcalde de Aguilar, el monárquico liberal Alfonso Berlanga, en el que le comunica que «esta Directiva en vista de la próxima recolección de cereales y uva se propone hacer unas bases de los jornales que han de pagarse en los diferentes trabajos y con el fin de que la clase patronal esté orientada de nuestro proyecto, solicitó de V. nombre una junta de patronos requiriéndola en su día para acordar las bases que han de estipularse». Probablemente, a consecuencia de este escrito, el día 8 de mayo, se celebra en la alcaldía una reunión entre obreros y patronos, presidida por el citado Berlanga. Los contactos continúan y el día 14, «en la mejor armonía y sin incidente alguno», se conciertan las tarifas de jornales y contrataciones de las bases de trabajo que regirán hasta el 29 de septiembre de 1930. Sin embargo, poco durará el avenimiento ya que, apenas diez días después, los trabajadores tendrán que denunciar a algunos patronos que se niegan a cumplir lo pactado. Micro Biografía descargada de http://www.todoslosnombres.org
En junio de ese año 30, la mayor parte de los principales nombres del socialismo aguilarense aparecen apoyando la suscripción pública abierta para el pago de la multa impuesta a Joaquín García Hidalgo por la destrucción del rótulo de la calle Cruz Conde de Córdoba. Además de Antonio García Márquez estarán Francisco González Varo, Antonio Prieto Álvarez, Eduardo Varo Pino, José María León Jiménez, Antonio Romero Jarabo, Juan Linares Rosa, etc.
Con ocasión del levantamiento de los capitanes Galán y García Hernández, se produce una huelga en Aguilar a raíz de la cual son detenidos Antonio García y Antonio Prieto. Sobre nuestro protagonista se presentará el siguiente informe: «siempre ha observado buena conducta, siendo igualmente buena su vida y costumbres, no conociéndosele malas compañías».
De este modo llegamos a marzo de 1931, cuando la firma de García Márquez, junto a la de otros destacados representantes del republicanismo y del socialismo locales, se estampa en un comunicado dirigido a la población con ocasión de la creación de una coalición electoral para las municipales convocadas. En ese tiempo los actos públicos se sucedieron: Antonio García, en nombre de La Razón, presentará una solicitud para la celebración de un mitin de propaganda el día 29 de marzo. El escrito irá firmado, también, por Andrés Alberca, en representación de la comisión del Partido Republicano.
Por segunda vez, La Razón pedirá autorización para una nueva concentración el día 4 de abril en el local del Centro Obrero, en la que se ocuparía «sitio del Llano Juan López sin que esto pueda impedir el paso del transeúnte toda vez que el lugar se encuentra a la salida de la localidad, pues al recurrir al sitio detallado es porque el local de este centro dispone de muy escaso espacio y tendría que verse obligado el público a estar en parte de la vía pública».
Por último, otro de los mítines realizados convocó a los socialistas Francisco Azorín, Martín Sanz, Antonio Cañizares, Gabriel Morón, Ángeles Castenet y Justo Deza; a los republicanos Ruiz Maya y Jaén Morente y a los socialistas aguilarenses Antonio Cabello, Antonio García Márquez y Antonio Prieto.
Tras esta intensa campaña, los comicios del 12 de abril traen como consecuencia la elección de García Márquez, con 435 sufragios, como concejal del ayuntamiento aguilarense. Tres días después, proclamada ya la II República Española, será nombrado por el delegado gubernativo tercer teniente de alcalde, cargo que será refrendado en votación por sus compañeros de corporación unos días más tarde.
Su presencia en la gestión municipal es incesante. Sin duda el primer episodio importante se vivirá a finales de julio de 1931, cuando firma, junto al resto de ediles socialistas, una moción en la que pedían la salida de la alcaldía del radical José Jiménez Carretero. Esta iniciativa prosperará y en los primeros días de agosto, tras acceder al poder su correligionario José María León, Antonio García Márquez será Micro Biografía descargada de http://www.todoslosnombres.org
elegido primer teniente de alcalde, cargo que desempeñará durante buena parte del quinquenio republicano.
Su participación en todo el proceso vivido es notoria, según se desprende de la siguiente nota de los concejales radicales:
Prueba de que todo ello [el «asalto» socialista a la alcaldía] era una maniobra preparada, lo es el hecho de que en uno de los momentos más peligrosos, se acercó a la barandilla del estrado el significado socialista y presidente del Centro Antonio García Márquez y en tono imperativo dijo a los perturbadores que callaran, que todo se arreglaría, lo que prueba tenían autoridad sobre los alborotadores.
Preocupado de forma muy especial por la situación del campesinado aguilarense, García Márquez será una pieza clave en cuantas comisiones mixtas del trabajo rural se creen en la localidad. Por poner un solo ejemplo, el 18 de julio de 1931 se constituirá la primera. A la reunión inaugural asistieron los vocales obreros designados por La Razón, Antonio García Márquez y José María León Jiménez, y los vocales patronos Manuel Aragón y Carrillo de Albornoz y Antonio Prieto Varo. En el acta se recoge la importancia de una comisión «cuya necesidad y funcionamiento venía siendo apremiantemente exigido por las circunstancias actuales, así como por requerimientos insistentes de la clase obrera y de la Ilustre Corporación Municipal».
En estos meses iniciales del nuevo régimen, se aprueban los cambios de denominación de varias calles y plazas de la localidad: a solicitud de Antonio García Márquez, el Llano de López pasará a ser de Mariana Pineda.
El paro es -lo será durante toda la II República- la espada de Damocles que pende sobre la cabeza de autoridades, patronos y obreros. En ese sentido, se manifiesta, en noviembre de 1932, nuestro biografiado, quien lo señala como la principal preocupación del municipio:
-¿Qué problema tienen ustedes por aquí? –le preguntamos.
El paro. Un paro terrible. 120 campesinos sin ocupación y una Comunidad de Labradores que, presidida por un espíritu reaccionario, no colabora a nuestras gestiones de solución. Rafaelito Aparicio, que tan estimado es por sus sentimientos democráticos, ha batallado, así como yo, en la última sesión de la mencionada Comunidad para lograr de esa entidad patronal una comprensión efusiva al problema obrero de Aguilar, pero es inútil todo. ¡Es mucho ese señor Usano que la preside, ex concejal de la Dictadura!.
En diciembre de 1932, un asunto destacado es tratado por el pleno del ayuntamiento de Aguilar: el del Estatuto de Autonomía Andaluza. Se acuerda nombrar una comisión compuesta por Leiva, Mejías, Jarabo y García Márquez para que emitiesen un dictamen al respecto. Dicho dictamen fue visto y aprobado en la sesión del 30 de Micro Biografía descargada de http://www.todoslosnombres.org
enero de 1933 «en el sentido de estimar loable la iniciativa y acordar en principio prestar a la misma la atención y apoyo que merece para que en su día y una vez fijado el articulado del correspondiente Estatuto pueda el Ayuntamiento con mayor estudio decidirse sobre la conveniencia del mismo y estructuración y perfilamiento de la Región Andaluza, siempre encajadas en los moldes constitucionales que definen la soberanía e integridad de la Nación Española».
En los primeros días de julio de 1933, Antonio García asistirá, junto a los representantes de otros once municipios, a una reunión de la Diputación para tratar la situación en la que se encontraban sus caminos vecinales (también estarán presentes los gestores provinciales Rafael Aparicio, socialista, y Miguel Leiva, radical, ambos aguilarenses).
En ese mismo mes, se vivirá un momento crítico en la corporación: la renuncia de sus cargos, en la sesión extraordinaria del pleno del día 24, del alcalde José María León y los tenientes de alcalde Antonio García Márquez, Antonio Cabello Almeda y Antonio Romero Jarabo. La justificación, dicen los socialistas, radica en que durante su permanencia en la alcaldía, a pesar de no contar con la mayoría de los votos de los concejales republicanos, se dispuso de su asistencia y de su colaboración general. Pero entienden que las últimas votaciones, contrarias a las propuestas de la presidencia, entrañan una desautorización de su gestión, estimando por ello que la armonía se había roto. Se agrega que las renuncias han sido meditadas y que responden a un criterio de partido. Finalmente, la iniciativa no prospera.
También el federal Leoncio Mejías denuncia en un Pleno la forma en que se hacen los pagos de los jornales del arreglo de una de las calles del pueblo, ejecutados en el Centro Obrero donde se descuentan cantidades por cuotas atrasadas. La imputación es desmentida por el alcalde y por Antonio García Márquez, en esos momentos repostero de la Casa del Pueblo.
García Márquez participa activamente en las elecciones legislativas de noviembre-diciembre de 1933, que significarán el acceso del centro-derecha al poder y un cambio de rumbo en el devenir de la República. Su nombre aparecerá en una relación de los apoderados socialistas en las distintas mesas.
A finales de año, vivirá una amarga experiencia vital: el fallecimiento de su hijo José, «el niño precoz por el espíritu rebelde que animó sus años de infancia, precoz por la elocuencia de su palabra -elogiada cálidamente por Andrés Ovejero con ocasión de un acto en que hablaron los dos- […]». El cronista de El Sur, Verdú Suárez, llega a lanzar al aire la siguiente propuesta:
Una idea brindamos al Ayuntamiento de Aguilar: ¿No merecen unas calles el rotularlas con los nombres amados de José García y Carmen Leiva? Lo merecen más que esos apellidos Estrada y Jurera [sic], que leemos bajo unos aleros, porque aquellos fueron entusiastas propagandistas de la democracia y éstos, Estrada y Jurera [sic], ¿qué son? Micro Biografía descargada de http://www.todoslosnombres.org
Tras casi un año de dificultades para los gestores socialistas, y aprovechando la excusa de los sucesos ocurridos en los primeros días de octubre de 1934, el 12 de ese mes se recibe una comunicación del gobernador civil, el radical José Gardoqui, en la que se destituye de sus cargos al alcalde, José María León, y a los siguientes concejales: del Partido Socialista, Antonio García, Antonio Cabello, Antonio Romero, Juan Linares y Rafael Aparicio; del Partido Republicano Federal, Leoncio Mejías y Andrés Alberca; y, del Partido Republicano Radical Socialista, Francisco Jarabo. Igualmente, se nombra alcalde interino al radical Miguel Leiva Jiménez.
Como curiosidad cabe señalar el hecho de que, a pesar de su suspensión como edil, García Márquez continúa de manera ininterrumpida su presencia en la Comisión del Jurado Mixto Rural, en la que suele actuar como perito para verificar las denuncias, las labores realizadas en los campos, etcétera.
Su alejamiento del ayuntamiento dura algo más de un año. El 20 de febrero de 1936, en sesión presidida por delegado del gobernador José María de Ciria López, se produce el cese de los concejales interinos y la reposición de los procedentes de la elección popular de abril de 1931. De este modo, entre otros, vuelve a la corporación Antonio García Márquez.
Durante los pocos meses anteriores al golpe de los militares, sigue en plena actividad la Comisión de Policía Rural. Poco después de reasumir la alcaldía José María León, vuelve a reunirse. Formarán parte de la misma, además de León que preside, los vocales Manuel Varo García, Juan Varo López, Manuel Valle González y Antonio García Márquez. Sin embargo, poco después La Razón planteará el nombramiento de Antonio Carretero Prieto en sustitución de nuestro biografiado. Algo había ocurrido entre él y sus compañeros socialistas, a los que acusará de querer expulsarle de concejal debido a manejos políticos.
En este estado de cosas, se produce el levantamiento de las tropas africanas el día 17 de julio. En nuestra localidad, el 20 el teniente de la guardia civil, Sebastián Carmona y Pérez de Vera, ocupa el ayuntamiento en presencia, como único representante municipal, de Antonio García Márquez.
A partir de este momento, se pierde la pista de nuestro protagonista. Varios testimonios orales abundan en el hecho de que fue fusilado en los primeros días del golpe. Sin embargo, consultados los datos del registro civil y del cementerio su nombre no figura consignado.
Antonio García estuvo casado con Patrocinio Luque y fue padre de dos hijos: María y el mencionado José.
Autor: Diego Igeño Luque.

RAFAEL APARICIO DE ARCOS

Rafael Aparicio de Arcos, nacido en el año 1893 (según se desprende de los archivos de la diputación provincial de Córdoba) o en el 1899 (según su partida de defunción), en Aguilar de la Frontera (Córdoba). Nació en el seno de una familia acomodada perteneciente a la alta burguesía local. Hijo de uno de los mayores contribuyentes , concejal electo , teniente de alcalde, alcalde y gobernador durante la Restauración por el partido liberal de Aguilar de la Frontera, Ricardo Aparicio y Aparicio y su madre Belén de Arcos.Su padre Ricardo Aparicio, fue el gran hombre del partido liberal en Aguilar y una de las figuras más destacadas de la provincia de Córdoba. Nacido en 1860 en la población valenciana de Enguera, muy pronto entró a formar parte de la más distinguida sociedad aguilarense. Su temprana vinculación con la política, hizo que tuviese una dilatada carrera política, llegando a ser edil del ayuntamiento de Aguilar de la Frontera, alcalde, diputado en Cortes y gobernador civil de Badajoz, Granada y Alicante.
Muy pronto Rafael, cursó estudios de derecho, al igual que su hermano José, e influenciados ambos hijos por su padre, se propicia el acercamiento de Rafael y José de forma muy directa a la política local y provincial.
De la mano de su padre, Ricardo, asume las directrices del partido liberal monárquico. En 1921, es nombrado alcalde. Rafael Aparicio será el último alcalde de la Restauración en Aguilar de la Frontera. En este cargo se mantendría hasta septiembre de 1923, año en que la llegada de la dictadura de Primo de Rivera pone fin al régimen de la Restauración y suspende la Constitución, disuelve las Diputaciones Provinciales, clausura los ayuntamientos, prohíbe los partidos políticos y declara el estado de guerra que durará hasta marzo de 1925.
Durante la dictadura (septiembre de 1923 a enero de 1930), Rafael abandona su anterior formación política y llevado por su sentido de la igualdad y su carácter renovador ingresa en el Partido Socialista Obrero Español
Pronto, muy pronto Rafael destaca como uno de los líderes y dirigentes de los socialistas locales, junto a José María León Jiménez, Antonio Cabello Almeda , Antonio Prieto Álvarez y Antonio García Márquez.
Tras la caída de la dictadura y durante el gobierno de transición de Dámaso Berenguer ( enero 1930 a febrero 1931), se vuelven a constituir los ayuntamientos y las diputaciones. Los gobiernos de Berenguer y Aznar conllevaron una reactivación de la vida política y sindical, que nuevamente implicó la organización de partidos políticos y sindicatos, significando todo ello una mayor clima de libertades. En este contexto general, en Aguilar asistimos de nuevo a la actividad permanente de grupos políticos republicanos y un movimiento obrero representado políticamente por el partido socialista y en menor medida por el partido comunista.
En 1930 Rafael Aparicio aparece ya incluido en la formación socialista de la primera corporación municipal de la Dictablanda en la que el día 26 de febrero de 1930 se nombra alcalde de la nueva corporación a Juan López Zurera representando a los mayores contribuyentes de Aguilar.
La nueva corporación municipal durará tan solo un mes y medio. Durante este tiempo Rafael forma parte de una comisión investigadora de la actuación económica de la anterior corporación municipal correspondiente a la dictadura de Primo de Rivera y encabezada por el alcalde Vicente Romero. (1923-1930).
El día 6 de Abril de 1930 es nombrado por Real Decreto nuevo alcalde de Aguilar de la Frontera Alfonso Berlanga Cabezas.
En el pleno celebrado el día 9 del mismo mes, Rafael Aparicio interviene y hace público el rechazo conjunto de los socialistas y republicanos ante la forma en que son constituidos los ayuntamientos.
Constituida la Junta Conciliadora de los productos de la Tierra, Rafael Aparicio forma parte de ella conjuntamente con los concejales Francisco Prieto Prieto y Miguel Carretero y los patronos Francisco J. Tutón de Mena, José Maldonado Paniagua y Francisco Cabezas Carmona.
Esta corporación durará hasta el 6 de febrero de 1931, fecha en la que por primera vez en muchos años, el nuevo alcalde es elegido por votación del pleno.
Rafael Aparicio asiste a dicha votación en representación del partido socialista junto a , Eduardo Varo Pino, José Antonio Luque Cuenca, y otros lideres destacados del socialismo aguilarense.
Dos candidaturas concurren a esta elección: la del ex maurista José Ladrón de Guevara y Aumente, que representa a la oligarquía del pueblo y la del socialista José Maria León Jiménez , líder de la agrupación socialista y presidente de la misma.
La votación dará los siguientes resultados: José Ladrón de Guevara 10 votos y José Maria León Jiménez 7 votos.
Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, sirven de antesala para que el día 15 de abril de ese mismo año se nombre al radical (Partido Republicano Autónomo) José Jiménez Carretero primer alcalde de la II República en Aguilar de la Frontera.
En estas elecciones Rafael Aparicio de Arcos fue el tercer socialista más votado (420 votos) tras José María León Jiménez (435 votos) y Antonio García Márquez (435 votos).
José Jiménez fue elegido alcalde por 12 votos a favor y ocho en blanco. Rafael Aparicio es elegido en dicha sesión sindico junto al republicano Leoncio Mejías Carmona y en su intervención manifestó:
… he visto muy bien que los monárquicos voten en blanco la elección de alcalde y tenientes de alcalde, pues ello significa compenetración del triunfo de las izquierdas. Os pido a los concejales no os tengais en cuenta rencillas personales, ni venganzas mezquinas y siguiendo el ejemplo dado por los ministros del Gobierno avanceís por la nueva senda abierta por el pueblo para coronar la cúspide del progreso, el triunfo de la paz.
El día 15 abril de ese mismo año el gobernador civil Antonio Jaén (Derecha Liberal Republicana) nombra una comisión interina de la Diputación Provincial. Varis días después se da paso al nombramiento de una Comisión Gestora, que queda constituida el 3 de mayo, continuando los nombramientos de en la misma hasta el mes de septiembre de ese año. La presidencia de esta Comisión recayó en el republicano José Guerra Lozano (Partido Republicano Autónomo), y su composición contaba con la presencia de diputados socialistas y republicanos.
En el grupo socialista se encontraban nombres tan significativos como: Juan Morán Bayo, Francisco Duque Iñiguez, Baldomero López Luque, Miguel Ranchal y Rafael Aparicio de Arcos. El 27 de abril del 31, se crea la Junta Conciliadora de los productos de la tierra, de la que forman parte José María León Jiménez, Rafael Aparicio de Arcos y Leoncio Mejias Carmona, como concejales y Francisco Pulido Navarro, Antonio Manuel Pavón Carretero y Juan López Zurera como productores.
El día 1 de mayo de 1931, se celebró en Aguilar de la Frontera, la llegada por fin de la II República , convocando una gran manifestación, a la cual acudieron aproximadamente cinco mil personas, que recorrieron el pueblo dando vivas a la República. Por la tarde en el Centro socialista se organizó un mitin en el cual intervinieron como oradores Rafael Aparicio de Arcos, el doctor Romera, Morán y Azorín.
A finales de julio de 1931, los socialista presentan una moción de censura al alcalde republicano José Jiménez Carretero, pidiendo en ella la dimisión del alcalde y reclamando la misma apelando a la aplastante mayoría obtenida en las legislativas de junio del 31.
Rafael Aparicio, precipita los acontecimientos, enfervorizando a las masas reunidas en la sede socialista junto a Antonio Cabello Almeda, las dirigen al ayuntamiento. El mismo firma la petición de moción el día 27 de julio junto a otros dirigente socialistas, solicitando una sesión extraordinaria. Su protagonismo en la misma es incuestionable. Con el apoyo de los concejales monárquicos logran sacar la moción adelante. El 30 de julio José María León Jiménez es nombrado nuevo alcalde socialista de Aguilar de la Frontera.
Se inicia así el comienzo de una nueva etapa presidida por primera vez por un socialista al frente de la corporación municipal en Aguilar de la Frontera. Los republicanos terminan disgregándose en dos grandes bloques, los radicales, los federales y los radical-socialistas.
Rafael Aparicio toma posesión como diputado provincial el día 2 de septiembre de 1932, cesando en el mismo el día 9 de octubre de 1933.
En esta corporación surgió un conflicto motivado por la representatividad de los diputados, y detonado por la intervención gubernativa. En la Gestora de septiembre de 1932, el distrito de Montilla, quedaba sin representación, mientras que el de Lucena tenía dos representantes, los concejales de Aguilar y Lucena, uno de ellos socialista. Rafael Aparicio manifestó … que no era oportuno tratar de ese asunto en la comisión, y que quien se considerase perjudicado, que interpusiese recurso, con lo que se mantenía la doble representatividad por el distrito de Lucena, quedando Montilla sin representación.
Durante el bienio radical-cedista (1933-1935), las elecciones de 1933 dan la victoria al republicanismo anti socialista con el triunfo neto de las fuerzas de la derecha española. Se iniciaba el bienio radical-cediste hasta el 15 de diciembre de 1935 , fecha en la que se disuelven las segundas Cortes de la República. La inestabilidad política marcara este periodo , donde el radicalismo de las fuerzas políticas existentes dificultó cualquier logro positivo.
Rafael Aparicio de nuevo toma posesión como diputado provincial el día 2 de febrero de 1934.
En la sesión de la Comisión gestora de la diputación provincial del 10 de Octubre de 1934 se propuso enviar un mensaje de adhesión a la República, felicitando al gobierno por su actuación acertada al reprimir con firmeza el movimiento obrero revolucionario ( la llamada revolución de Octubre de 1934, movimiento alentado desde amplios sectores y dirigentes del PSOE y la UGT, la CNT y el PCE) producido entre los días 5 y 19 de octubre de 1934, y la actitud separatista de Cataluña.
El Gobernador Civil José Gardoquí, procedió a la destitución de dos diputados provinciales, los socialistas Rafael Aragón Aparicio -concejal de Aguilar de la Frontera- y de Francisco Azorín Izquierdo -concejal de Córdoba- por la no asistencia a la sesión del día 10 de octubre.
El presidente de la Comisión Gestora , el radical Pablo Troyano, acató las órdenes superiores del Gobernador Civil, pero procedió a elogiar la labor de ambos diputados destituidos, desprovista de todo partidismo dijo y ausente de todo tipo de discrepancias en la sesión del 20 de octubre de 1934.
El día 15 de octubre de 1934, Rafael Aparicio de Arcos es cesado en su cargo como diputado provincial, permaneció en el cargo 1 año y 10 meses interrumpidos.
Durante todo este tiempo fue Jefe de Negociado del Cuerpo de Estadística. Formó parte de la Comisión de Hacienda. Fue nombrado visitador del Hospital de Agudos y representante de la Diputación en el Patronato de Formación Profesional de Córdoba y en el Patronato Granja Escuela Práctica de Agricultura.
Durante el bienio negro (noviembre 1933/febrero 1936) se legislo para paralizar las reformas emprendidas en el bienio anterior especialmente la Ley agraria y la legislación socio-rural. Nacida la CEDA de la coalición de derechas en noviembre del 1933 protagonizó el enfrentamiento institucional y político.
Desde octubre del 34 a febrero de 1936, se sucederán una amplia variedad de gobiernos hasta la victoria del Frente Popular. En el verano de 1935 la situación era crítica. Acción Popular negaba sistemáticamente el diálogo a las izquierdas, y la falange ya hablaba de guerra civil. La derecha se debatía entre la vía de la legalidad y la de la violencia.
Al igual que Rafael Aparicio en la diputación provincial , el socialista José María León Jiménez será suspendido a consecuencia de los sucesos de Asturias en el 34 de su puestote alcalde y concejal, dicha suspensión alcanza también a todos los concejales socialistas y republicanos de la corporación municipal.
Son sustituidos por una Corporación dirigida por el radical Miguel Leiva Jiménez, que tomará las riendas de la política local hasta enero de 1936. A partir de ese mes y tan solo hasta el 16 de febrero de 1936 lo hará Alfonso Berlanga.
Tras las elecciones de febrero de 1936, que darán la victoria al Frente Popular en Aguilar (4250 votos frene a 1900 de las derechas), todos los cargos suspendidos en 1934, serán reintegrados nuevamente a sus puestos.
La victoria masiva del Frene Popular hizo que las derechas se aprestasen a derribar el orden constitucional republicano por la violencia de las armas. Las sucesivas reformas republicanas aparto del poder a una oligarquía de terratenientes y caciques que temió verse desposeída del poder financiero y económico.
El golpe militar del 18 julio de 1936, en Córdoba, tuvo una trama en la que participaron fuerzas políticas que representaban ciertamente a un determinado sector social y que finalmente recibieron apoyo militar. La derecha llevó el protagonismo político y los falangistas, tradicionalistas y los seguidores de la doctrina de Calvo Sotelo constituyeron la vanguardia civil de la sublevación. Cuando se consumaron los hechos, se les unieron la CEDA, los progresistas de Alcalá Zamora y los radicales de Lerroux.
Desde los primeros días del triunfo del Frente Popular se conocía en Córdoba los preparativos del Golpe Militar, el llamado Movimiento. Los oligarcas cordobeses habían mantenido enlaces. José Cruz Conde, ex alcalde en la dictadura de Primo de Rivera había traído de Madrid órdenes directas de Calvo Sotelo, y celebró reuniones clandestinas en casa de un amigo de Queipo de Llano, el que después sería presidente de la Diputación Provincial, Eduardo Quero Goldoni.
Córdoba capital quedaba bajo control del ejército sublevado el mismo día 18 de julio de 1936, ese mismo día fueron ocupados las principales instituciones.
Los grandes terratenientes, los grandes caciques arrendatarios, capataces y administradores de fincas, toreros, abogados y médicos de familias latifundistas, los componentes de los Círculos de Labradores y la Cámara Agrícola, junto a las organizaciones patronales, la gran burguesía patronal y comercial, integrantes del Círculo Mercantil, de la Cámara de Comercio e Industria y del Círculo de la Amistad, así como los oficiales de Artillería y de la Guardia Civil, más los militares retirados, prestaron su rápido apoyo a la sublevación, ocupando muchos de ellos puestos muy destacados en la nueva situación en cuya conspiración habían participado.
En Aguilar de la Frontera, la situación fue inestable durante dos días. El 19 de julio de 1936, el teniente de la Guardia Civil, Sebastián Carmona y Pérez de Vera proclama el bando de guerra y el día 20 toma posesión del Ayuntamiento.
El día 27 de julio la autoridad militar competente de Córdoba nombra alcalde-presidente de la Comisión Gestora de Aguilar, al general retirado de la armada José Carrillo Carmona.
A partir de este día todos los dirigentes políticos, obreros, campesinos y líderes sindicales que tuvieron responsabilidades y defendieron la Republica serán perseguidos, detenidos y fusilados. Pocos, muy pocos muy pocos escaparon a la muerte, al exilio o a la prisión.
De Rafael Aparicio de Arcos, no podemos afirmar si se encontraba en Córdoba cuando fue detenido o la misma se practicó en Aguilar y posteriormente fue trasladado a Córdoba, como ocurrió con muchos otros. Su detención se efectuó a mediados del mes de agosto del 36.
(ningún rastro dejó en la prensa local de la época, muy dada por entonces a hacer públicas las detenciones realizadas en personajes con antecedentes relación republicanos).
Rafael Aparicio sería fusilado en Córdoba en la madrugada del día 17 de agosto de 1936 … sin que conste la hora, ni el sitio ni cementerio donde se le diera sepultura a consecuencia de los sucesos actuales, según consta en su partida de defunción.
De nada sirvieron las numerosas gestiones de su padre Ricardo Aparicio y Aparicio para que no se llegase a tal desenlace. Nos consta que estas fueron realizadas al más alto nivel ante las autoridades políticas y militares del nuevo orden surgido del golpe de estado. Posiblemente la familia realizase en esos días peticiones de clemencia al máximo instigador del golpe en la capital y en la provincia, el gobernador militar Ciriaco Cascajo Ruiz, que controló Córdoba desde el mismo día 18 de julio caracterizándose dicho control por la aplicación de una feroz represión.
Las mismas peticiones de clemencia posiblemente también fueran realizadas por parte de su hermano José Aparicio de Arcos, abogado, propietario, y presidente de Acción Nacional y posteriormente de la CEDA en la localidad de Aguilar de la Frontera, que a lo largo de los años siguientes sería nombrado Juez Instructor Militar Especial, de muchos de los procesos judiciales llevados a cabo contra los detenidos de izquierdas.
La inscripción en la Registro Civil de Córdoba de la muerte de Rafael Aparicio se practicó el día 20 de Noviembre de 1937.
Al igual que en el caso del alcalde José María León Jiménez, fue fusilado, sin juicio, sin sentencia , sin ninguna garantía procesal y la aplicación directa del bando de guerra fue el método utilizado para justificar la ejecución.
Se le condenó a muerte solo por pertenecer a un partido de izquierdas, sin comprobación previa documental, realizada con posterioridad a la ejecución como en el caso de José María León.
Dos meses más tarde de su muerte y posiblemente para poder documentar el posterior expediente instruido para su inscripción en el registro civil, se recibía un escrito de fecha 10 de octubre de 1936 procedente de la Guardia Cívica de Córdoba dirigido al alcalde de Aguilar … a efectos de justicia ruego a Vd., se sirva manifestar a este, el Partido Político a que perteneciera el que fue Concejal de ese Ayuntamiento en el año mil novecientos treinta y tres, D. Rafael Aparicio. Al mismo el ayuntamiento respondía el 14 de octubre de 1936 … De conformidad con cuanto me interesa en su atento escrito de fecha 10 de los corrientes tengo el honor de manifestar a Vd., que de los datos existentes en esta Corporación, Don Rafael Aparicio de Arcos, Concejal que fue de este Ayuntamiento en el año 1933, aparecía afiliado al partido socialista. la tragedia por la muerte de su hijo, acompañó a Ricardo Aparicio hasta los últimos días de su vida.
Autor: Rafael Espino Navarro.
ANDRES ALBERCA CONDE
El industrial Andrés Alberca Conde, hijo de Andrés y Araceli, nació en Aguilar de la Frontera el 5 de enero de 1884. Desde joven se sintió inclinado por los ideales republicanos federales, a los que se entregaría en cuerpo y alma durante muchosaños.

Las primeras noticias halladas sobre su militancia política datan de principios de abril de 1912 cuando con 28 años, en la reorganización de la Juventud Republicana Federal aguilarense, es elegido presidente de una junta directiva de la que también forman parte Miguel Leiva como vicepresidente y Manuel Cecilia Córdoba como secretario. La importancia del cargo recibido nos hace suponer que su compromiso no debía ser reciente.

Justo al año, también se reorganiza el comité de la Conjunción. En él estarán Baldomero Luque Gálvez, Rafael López Romero y José Lucena Pozo por los federales; Víctor Lozano Mejías, Juan Manuel Cosano y Ramón García Muñoz por la Unión Republicana; Narciso Marín Rubio, Manuel Arjona Jurado y Manuel Cecilia Córdoba por los socialistas y Miguel
Leiva Jiménez, Luis Zurera Mejías y Andrés Alberca por la Juventud.

En 1914 sigue ejerciendo como presidente de la Juventud Republicana de Aguilar. Y un año más tarde, vuelve a ser nombrado miembro de la junta de conjunción de las diversas familias republicanas en nombre, precisamente, de la Juventud Federal. Junto a él, figurarán Baldomero Luque Gálvez, por el Partido Federal, Antonio Almeda Morales por la Unión Republicana y Rafael López Romero en representación del diputado Manuel Hilario Ayuso.

En ese mismo año 15, Alberca será proclamado, como integrante de la Juventud Republicana, candidato a las elecciones municipales que habrían de celebrarse en noviembre. Le acompañarán Leoncio Mejías Carmona, José Cecilia Córdoba y Manuel Serrano Carmona del Partido Federal. No resultó elegido.

Al iniciarse el año 1917, es reelegido presidente de la Juventud Republicana Federal. En la directiva seguirán Manuel Cecilia Córdoba y Miguel Leiva Jiménez y hará su aparición Francisco Jarabo Roldán, todos ellos llamados a tener gran presencia en la II República. Poco más adelante, en noviembre, concurrirá por segunda vez a unos comicios locales, en los que, gracias al apoyo de 235 votantes, será elegido edil del Ayuntamiento de Aguilar. Así, en la sesión constitutiva del nuevo pleno, celebrada el 1 de enero de 1918, su correligionario Leoncio Mejías alcanza la alcaldía, recayendo en Andrés Alberca el cargo de cuarto teniente de alcalde. Días más tarde quedará adscrito a las comisiones de Beneficencia y Sanidad, a la de Elecciones, Quintas y Estadística y a la de Subsistencias. Poco tarda el flamante munícipe en reflexionar sobre algunas de sus preocupaciones. En el pleno del 14 de enero afirma:

“Que como concejal que por primera vez venía a ejercer el cargo hacía presente que efectivamente sus deseos eran imprimir a la administración municipal nuevos moldes y que si no veía realizados sus deseos se retiraría a su casa”.

No podía durar mucho un alcalde republicano en la España de la Restauración. A finales de 1918, la protesta del concejal liberal Alfonso Berlanga sobre la indebida constitución de la Corporación en enero será tenida en cuenta por la autoridades, por lo que en el pleno del 30 de diciembre se verificará el cese de Mejías y del resto de cargos, entre ellos Alberca –no cesarán, sin embargo, en su condición edilicia-, y la elección del citado Berlanga como nuevo alcalde.

Gracias a las actas capitulares sabemos que Andrés Alberca -“persona honrada y querida de todas las clases sociales”, como lo definió su compañero Mejías Carmona- se encontraba detenido por orden del gobernador civil a finales de mayo de 1919. Aunque desconocemos las causas que provocaron este hecho, su encarcelamiento debió ser fugaz ya que apenas dos
semanas más tarde lo hallamos nuevamente reincorporado a sus funciones en el Consistorio.

El convulso panorama del momento trae como consecuencia otra remoción en el Cabildo aguilarense que se traduce en septiembre del 19 en la elección del conservador José Ladrón de Guevara como alcalde y la de nuestro biografiado como cuarto teniente de alcalde. En la oportuna distribución de comisiones será incluido en las de Elecciones, Quintas y Estadística y en la de Subsistencias.

En febrero de 1920 se desarrollan unas nuevas elecciones locales que ocasionarán un verdadero cataclismo en la anquilosada vida municipal: el primero de abril toma posesión un Concejo donde la mayoría queda en manos de republicanos y socialistas, quienes no siempre forman un equipo bien avenido. Repetirá como alcalde el federal Leoncio Mejías Carmona, mientras que Alberca Conde resulta elegido regidor síndico. Al propio tiempo, se incorporó a las comisiones de Pósitos, Policía Urbana, Agua y Luz, a la de Instrucción Pública y a la de Subsistencias. Sin embargo, en noviembre de ese año 20, un nuevo golpe gubernamental despojará de la alcaldía a los republicanos. Será nombrado para sucederle el conservador José Ladrón de Guevara. Ante este atropello protestarán José María León y Andrés Alberca:

“Por el señor Alberca se manifestó que protestaba de la R.O. que acababa de ser leída, porque con ella se vulneraban los derechos del pueblo a elegir la persona que haya de estar al frente del Municipio”.

Curiosamente, a pesar de los cambios en la alcaldía –primero, como hemos dicho, recaerá en Ladrón de Guevara y posteriormente en el liberal Francisco Toro-, Andrés Alberca se mantendrá como síndico hasta su cese como concejal en abril de 1922.

Durante todo este tiempo, los republicanos no cejan en su acoso al caduco régimen monárquico. A tal efecto, el 25 de noviembre de 1917, realizarán un mitin en el Centro de la Juventud Republicana Federal presidido por el decano de los republicanos de la localidad Baldomero Luque Gálvez. Hicieron uso de la palabra Manuel Cecilia Córdoba, Miguel Leiva Jiménez, Manuel Villar, Narciso Marín, Manuel López y los concejales electos Juan León González, Leoncio Mejías Carmona y nuestro biografiado. Se acordó pedir una amplia amnistía y protestar contra el Gobierno “ciervuno”.

El mismo espíritu reivindicativo lo apreciamos en la magna manifestación organizada en septiembre de 1918 por la Juventud Republicana y la Agrupación Socialista para solicitar el abaratamiento de las subsistencias y exigir medidas contra la crisis de trabajo que ahogaba a las clases proletarias. En su calidad de presidente de los jóvenes republicanos, Andrés Alberca, junto al socialista Antonio Cabezas, fue el encargado de dirigir unas palabras a los manifestantes.

Fuera del panorama local, Alberca Conde asistirá a la Asamblea del Partido Federal de la Región Andaluza, organizada en Córdoba en los primeros días de 1922. Le acompañarán Rafael López Romero, Francisco Romero López, Juan A. Romero Pérez y Mariano Bustos.

En la Dictablanda, volvemos a tener noticias de la acción de Alberca. En octubre de 1930, participará como orador en un mitin de propaganda republicano-socialista en el que también intervendrán Manuel Ruiz Maya, Francisco Zafra Contreras y Francisco Jarabo Roldán. Poco después, con ocasión de las municipales del 12 de abril de 1931, figurará entre los firmantes
del pacto de la conjunción republicano-socialista que hará público un manifiesto dirigido “Al pueblo en general” en el que comunican la formalización de la alianza y el programa común que asumían: atacar el caciquismo, hacer que se observaran y aplicasen las disposiciones de carácter social, revisar las cuentas municipales, etc. Asimismo, junto a Antonio García Márquez, líder de los socialistas, solicitará autorización para la celebración de un mitin de campaña.

Las urnas permitirán la vuelta de Alberca al Consistorio aguilarense con el apoyo de 252 sufragios. Tras la constitución el día 15 del primer ayuntamiento republicano será nombrado cuarto teniente de alcalde, cargo que ejercerá pocas horas.

En la trayectoria de nuestro protagonista durante el primer bienio, se aprecia su progresivo alejamiento de algunos de sus antiguos compañeros en el seno del federalismo, alojados ahora en el Partido Radical, cada vez más escorado a la derecha.

La sensibilidad social de Alberca hace que se alinee con la izquierda del movimiento republicano local. Ello traerá como consecuencia su probable inclusión en Izquierda Republicana, nacida en Aguilar en junio de 1934 tras la disolución de los comités radical-socialista y federal, y su suspensión como concejal en octubre de 1934 cuando el gobernador civil, poniendo como excusa una supuesta implicación en los sucesos de ese mes, cesa a un buen número de ediles aguilarenses. Fueron sucedidos por una Corporación compuesta por radicales y cedistas, encabezada por su viejo correligionario Miguel Leiva Jiménez.

Poco más de un año dura el alejamiento de Andrés Alberca del Ayuntamiento. Tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, se reincorpora a su puesto de concejal, que ejercerá hasta que la sublevación de algunos jefes militares, y la consiguiente guerra civil, acabó con la experiencia democrática republicana.

Al poco de iniciarse el conflicto, fue detenido y fusilado junto a uno de sus hijos, Antonio Alberca Cano. Tenía 52 años. Fue enterrado en el cementerio de su localidad natal. Casado con Francisca Cano Pérez, tuvo varios hijos: Francisco, el citado Antonio, Andrés, Araceli y Ángeles.

Fuera del ámbito político, Andrés Alberca Conde fue durante un tiempo hermano mayor de la cofradía del Cristo de la Salud. Su meritoria labor al frente de ella hizo que un grupo de cofrades le organizara un banquete de homenaje

Autor: Diego Igeño Luque.

El Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera, inició el pasado año 2012 la incoación de un expediente a instancia del Grupo Municipal de Izquierda Unida, para el nombramiento del Alcalde D. José María León Jiménez y los Concejales D. Antonio García Márquez, D. Antonio Cabello Almeda, D. Andrés Alberca Conde y D. Rafael Aparicio de Arcos, todos ellos fusilados con motivo del Golpe de Estado de 1936 en Aguilar de la Frontera y en Córdoba capital, como miembros honorarios de la Corporación Municipal de Aguilar de la Frontera, a título póstumo, convocándose para ello una sesión extraordinaria y urgente del Pleno del Ilustre Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera, el día 8 de junio del 2012, donde en votación ordinaria y por unanimidad de todos los grupos políticos quedo aprobada la propuesta.

El acto del próximo sábado día 25 servirá para rendir con toda solemnidad honor y reconocimiento a estas personas. Honor para con las personas con las que esta sociedad mantiene una enorme deuda de gratitud y reconocimiento público e institucional para aquellos hombres y mujeres a los cuales en el ejercicio de su deber
democráticamente alcanzado, les fue arrebatada la vida de forma tan vil y cobarde. De forma tan injusta y premeditada.

Es también una obligación publica y moral, recordar su enorme compromiso , esfuerzo y entrega en unos años … en un tiempo aciago y sin luz que puso a prueba día a día su resistencia política y social, su dedicación para mantener viva la llama de la igualdad social, los derechos laborales y la libertad, con su tenaz lucha por mantener su dignidad de hombres libre, sin los cuales no hubiese sido posible conocer la España democrática que hoy conocemos.

Todos ellos fueron hombres marcados por la terrible experiencia que convirtió esta localidad en un erial cubierto de sangre. Sangre inocente. Sangre roja, de luchadores, de símbolos vivientes por la defensa por la justicia y la libertad, frente a un odio ciego, atroz e inmisericorde, que logró reducir sus vidas y sus nombres en una larga y oscura pesadilla, sepultando bajo la tierra junto a sus frágiles cuerpos, la historia de los “desaparecidos”.

Con este nuevo acto de reconocimiento el Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera vuelve a hacer justicia a su verdad, a su recuerdo. Que se les rinda homenaje y reconocimiento, también es una obligación que nos atañe a todos nosotros, a las instituciones públicas y a sus familiares. Porque la justicia y la recuperación de la memoria van unidas de la mano, son un buen ejercicio para la reconciliación definitiva.

Una reconciliación que comienza con este acto de reconocimiento y reparación a sus figuras, a su personas, al político, al hombre, al amigo, al padre que un día cada uno de ellos fue y que hoy recordamos emocionados, escribiendo con ello, una página que ha permanecido vacía casi tres cuartos de siglo.

Con actos como este, Aguilar de la Frontera, cierra páginas hasta ahora desconocidas, y lo hace con la normalidad, que hoy ha de suponer homenajear a todos los muertos y “desaparecidos”, víctimas inocentes de la represión del franquismo. Con un ejercicio de normalidad democrática y de verdadera y plena libertad.

Con actos como este, sin duda alguna ellos volverán a vivir en el recuerdo de los demás y una vez más dejaremos el testimonio vivo de su vida, con el que les otorgaremos para siempre la inmortalidad.

AGUILAR DE LA FRONTERA. (1873) LA LLEGADA DE LA I REPÚBLICA.

Autor: Rafael Espino Navarro

“… se ha olvidado toda la historia del proletariado andaluz , … el proletariado andaluz y el catalán han sido los dos ejes de la evolución obrera española, el levantamiento de los campesinos y los sucesos de Aguilar y Montilla de 1873”.

La llegada de la I República, puso de manifiesto las vacilaciones iniciales, de un monarca, Amadeo de Saboya, cuando la situación, cada vez más difícil de controlar, forzó su abdicación. Tras la revolución de 1868, España comenzó a vivir un periodo histórico, marcado por la creación de las Juntas Revolucionarias y conocido como el “sexenio revolucionario”. Seis años marcados por las agitaciones políticas, fomento del paro y el hambre. El día once de febrero de 1873, tras la renuncia a la corona del efímero rey Amadeo I, fue proclamada la Primera República Española, que resultaría aún más efímera que la estancia en España del rey saboyano.
Ese día, el once de febrero es una fecha que suele pasar desapercibida, y sobre la cual se ha extendido un manto pesado y oscuro de olvido. El Diario de Sesiones de Cortes correspondiente a esa fecha recoge la comunicación de renuncia del rey Amadeo I, devolviendo la Corona a la Nación.

NÚMERO 108
DIARIO DE SESIONES DE CORTES
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS.
SESION DEL LUNES 10, MARTES 11 Y MIÉRCOLES 12 DE FEBRER0 DE 1873.

Al Congreso:

Grande fue la honra que merecí a la Nación española eligiéndome para ocupar su trono, honra tanto más por mi apreciada, cuanto quo se me ofrecía rodeada de las dificultades y peligros quo lleva, consigo la empresa de gobernar un país tan hondamente perturbado.
Alentado , sin embargo , por la resolución propia de mi raza, que antes busca que esquiva el peligro; decidido a inspirarme únicamente en el bien del país y a colocarme por cima de todos los partidos; resuelto a cumplir religiosamente el juramento por mi prestado ante las Cortes Constituyentes, y pronto a hacer todo linaje de sacrificios por dar a este valeroso pueblo la paz que necesita, la libertad que merece y la grandeza a que su gloriosa historia y la virtud y constancia de sus hijos le dan derecho, Creí que la corta experiencia de mi vida en el arte de mandar seria suplida por la lealtad de mi carácter, y que hallaría poderosa ayuda para conjurar los peligros y vencer las dificultades que no se ocultaban a mi vista, en las simpatías de todos los españoles amantes de su Patria, deseosos ya de poner término filas sangrientas y estériles luchas que hace tanto tiempo desgarran sus entrañas.
Conozco que me engañó mi buen deseo. Dos años largos hace que ciño la Corona de España, y la España vive en constante lucha, viendo cada día más lejana la era de paz y de ventura que tan ardientemente anhelo. Si fuesen extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados, tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos ; pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la Nación son españoles, todos invocan el dulce nombre de la Patria, todos pelean y se agitan por su bien ; y entre el fragor del combate, entre el confuso atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible atinar cual es la verdadera, y más imposible todavía hallar el remedio para tamaños males.
Lo he buscado ávidamente dentro de la ley, y no lo he hallado. Fuera de la ley no ha de buscarlo quien ha prometido observarla.
Nadie achacara a flaqueza de ánimo mi resolución. No habría peligro que me moviera a desceñirme la Corona si creyera que la llevaba en mis sienes para bien de los españoles: ni causó mella en mi ánimo el que corrió la vida de mi augusta esposa, que en este solemne momento manifiesta, como yo, el vivo deseo de que en su día se indulte a los autores de aquel atentado.
Pero tengo hoy la firmísima convicción de que serían estériles mis esfuerzos e irrealizables mis propósitos.
Estas son, Sres. Diputados, las razones que me mueven a devolver a la Nación, y en su nombre a vosotros, la Corona que me ofreció el voto nacional, haciendo de ella renuncia por mí, por mis hijos y sucesores.
Estad seguros de que al desprenderme de la Corona no me desprendo del amor de esta España, tan noble como desgraciada, y de que no llevo otro pesar que el de no haberme sido posible procurarla todo el bien que mi leal corazón para ella apetecía.
Amadeo.
Palacio de Madrid 11 de Febrero de 1873.

I República Española, que a pesar de los proyectos y promesas que suscitó, no consiguió cambiar las reglas del juego del poder existente que permaneció en manos de las clases más pudientes y acomodadas. La Republica, que por defecto sucedió el breve reinado de Amadeo de Saboya, fue incapaz de controlar las rencillas acumuladas a lo largo de medio siglo de antagonismo, provocando el caos. Los carlistas, en el norte, pretendieron implantar un régimen absolutista y clerical. En toda Andalucía, el movimiento federalista dio paso a una larga lista de insurrecciones cantonalistas, cuando varias ciudades proclamaron su independencia del gobierno de Madrid. En todo el país el proletario comenzó rápidamente a organizarse. Pero toda esta serie de acontecimientos se verían truncados rápidamente por que el ejército acabó interviniendo.
Tras la abdicación de Amadeo de Saboya, el 11 de febrero de 1873, se permitió la reincorporación de las corporaciones municipales elegidas por sufragio universal en las elecciones de 1871, restituyendo en las mismas, a los concejales y alcaldes elegidos. Esto permitió en el año 1873, devolver la alcaldía al progresista Manuel Maldonado González, el cual se mantendría al frente de la alcaldía, hasta el golpe de estado del General Pavía, el 3 de enero de 1874, fecha en la que se da por terminada la primera experiencia republicana española.
El mismo día de la proclamación de la I República española, diversos episodios sangrientos, fruto del espíritu revolucionario se dieron en distintas localidades españolas. Entre las que más eco provocó a nivel nacional se encontró la vecina localidad de Montilla, donde al parecer en los primeros días se originaron diversos desordenes que produjeron la quema de algunas casas y derramamientos de sangre al producirse fuertes enfrentamientos entre las gentes del pueblo y la guardia civil, resultando como consecuencia de ello varias personas muertas por disparos y otros tantos heridos por arma de fuego.
Aguilar de la Frontera, también se impregno en esos primeros días del espíritu libertador e insurreccional de Montilla y fruto de ello llegaron también a producirse algunos altercados y enfrentamientos con la guardia civil, que había sido reforzada por los miembros de varias compañías de la capital, para contener las perturbaciones y desordenes civiles producto del cambio de gobierno.
Fruto de esos desordenes en Aguilar, en plena madrugada del día 13 al 14 de febrero del año 1873 dos o tres personas prendieron fuego a la casa de D. Rafael Luque. La casa no estaba habitada para en ella se guardaba el grano y los aperos para la labranza que fueron destruidos por el fuego, a pesar de la extenuante labor de las autoridades y muchos vecinos durante toda la noche para intentar apagar el fuego.
El propio ministro de gracia y justicia, el señor Salmerón, ante la gravedad de las revueltas en Montilla, Castro del Río y Aguilar de la Frontera tomo parte en el asunto ordenando inmediatamente una rápida investigación … “sin levantar la mano y con mucha energía” -decía-, encargando a los jueces que reclamasen de las autoridades locales, la guardia civil y voluntarios republicanos el auxilio necesario para restablecer e imponer en estos pueblos el imperio de la ley e imponer a los culpables el castigo que el código señale.

Dedicado a Artur Mas

octubre 15, 2013

Dedicado a Artur Mas

Con motivo de su asistencia al acto de beatificación en Tarragona de los “mártires de 1936”

Después de haber disuelto el Memorial Democratic- que siempre honró a todas las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura-, como ha hecho el Gobierno del Partido Popular con la Ley de la Memoria Histórica, tiene la desfachatez y la absoluta falta de respeto a las victimas republicanas y de la dictadura de respaldar con su presencia un acto de exaltación de la Iglesia que apoyó el golpe militar de 1936 y la feroz dictadura que luego fue implantada.
Queremos hacerlo con algunas muestras del comportamiento de la Jerarquía y sacerdotes de la provincia de Córdoba llamando de forma fratricida a la violencia contra los republicanos . Y, precisamente, de ese pueblo cordobés de quien el President y sus aliados ahora quieren separarse. ¡Qué ausencia de memoria y de solidaridad¡.
Pastoral del Obispo de Córdoba de Octubre de 1936:”Mis saludos y la mas efusiva enhorabuena al bravo salvador(se refería al Coronel Cascajo, principal impulsor del golpe en aquella provincia)…que, con certero pulso y en momentos decisivos para el cautiverio o para la liberación del pueblo que le vio nacer, tuvo misión providencial y, respondiendo decididamente a ella, derribó, cual otro David, audaz y valeroso, al Goliat rojo en Córdoba, gesto que le valió ser paseado en triunfo por las calles y plazas con delirante entusiasmo y enloquecedor alborozo de cuantos se sentían redimidos por él de las satánicas hordas marxistas…Le bendigo de todo corazón y le abrazo con devoto y paternal afecto”. Estaba bendiciendo el asesinato de 10.000 personas en dicha provincia.
El órgano católico de la prensa cordobesa, El Defensor de Córdoba, el 10 de Agosto de 1936 llamaba al derramamiento de sangre: ”Los malvados marxistas. ¡Muera la canalla¡”. Y continuaba: ”Cordobeses, devotos de la Virgen de la Fuensanta, declarad guerra a muerte a los laicos, a los masones, a sus hijuelas y a todos sus adeptos…”.Y, el 2 de Octubre, decía” Pero el triunfo no será completo, definido ni estable, mientras subsista la Masonería en nuestra España. Y para que aquella desaparezca, ?qué hacer ¿.Preguntad a Mussolini”.
O las llamadas del capuchino Jacinto de Chucena a través de las ondas de Radio Córdoba: ”Es preciso, de toda precisión, que a esta degenerada y venenosa semilla del marxismo se la quebrante y desarraigue del patrio suelo, hasta que no quede ni rastro de ella. Poco nos parece el destierro; Hay que extinguirla, supuesto que su ideal, si es que merece este nombre, no solo es inhumano, sino que trasciende en la crueldad refinada a los extremos diabólicos…que los hacen mucho peores y sanguinarios que a las mismas fieras, y es muy natural que a las fieras se las expulse y destierre de la sociedad de los hombres y, si es posible, se extingan”.
O los llamamientos del jesuita Bernabé Copado, capellán en una Columna de requetés contra “la infame y blasfema República”, que dejó testimonios como éste. En Ronda (Málaga),”La catedral la encontré convertida en dormitorio de la chusma de milicianos….los dirigentes del maldito Frente Popular”. O, en la carretera de Bujalance a Villa del Rio, el 24 de Diciembre de 1936:”Un Capitán de Carabineros recibió su merecido: el cadáver, con otros cuarenta mas, quedó entre aquellos olivares”.
O los comentarios de seminaristas de Córdoba:”¡Cómo está nuestra querida España¡. Cada vez me convenzo de que esto no lo arreglará nadie mas que la Falange Española…Así ha ocurrido en Italia y Alemania…No seamos cobardes. Me gusta la F.E., porque es la única que está haciendo frente al “enemigo” que amenaza a España y a la Iglesia….Ese debe ser el ideal de todo español y católico creyente: la salvación de la Iglesia y de su Patria “de esos canallas y bandidos”.
“En Lucena, el compromiso del clero con el franquismo llegó a la apoteosis. El Coadjutor de Santo Domingo, Federico Romero Fustegueras, se hizo capellán de las milicias nacionales lucentinas y las acompañaba, pistolón al cinto, en sus expediciones de castigo. Además, colaboraba con los falangistas en los controles callejeros”.
“La Iglesia Católica fue la que dio contenido y cohesión al gran huracán franquista de 1936”.
(Textos contenidos en la obra “1936: El genocidio franquista en Córdoba” de Francisco Moreno Gómez)
Las muestras expuestas podrían extenderse a todas las provincias españolas en las que antes de 1939 impusieron los facciosos su régimen de terror..
Ante esta incuestionable realidad, el President Mas y quienes de su Govern asistan al acto de Tarragona, cuando aún permanecen sin localizar ni identificar los restos de más de 114.000 personas desaparecidas, deberían dimitir y abandonar sus cargos. A partir de mañana, no merecen ningún respeto ni, por supuesto, ninguna credibilidad. A ver si así lo entienden partidos como ICV-EUA que, pese a sus discrepancias puntuales, siguen la senda marcada por un Gobierno tan reaccionario, insolidario y enemigo de los verdaderos intereses de las clases populares.

Carlos Jiménez Villarejo

Aremehisa acusa la crisis y el olvido de la memoria histórica

Diario Córdoba JOSE SIERRA 07/10/2013

La asociación para la recuperación de la memoria histórica de Aguilar está acusando la crisis y la falta de apoyo de las administraciones, sobre todo la central, después de 3 años consecutivos en los que ha desarrollado una intensa actividad. La tarea de Aremehisa se ha centrado especialmente en el cementerio local, donde se han exhumado 67 cuerpos de represaliados, de los que casi la mitad han sido ya identificados. Sin embargo, este año la asociación ha visto minimizadas sus actividades y ha tenido que realizar solo intervenciones puntuales con voluntarios y los recursos que han podido reunir con las cuotas de los socios, donaciones particulares y el mercadillo solidario. Son ya 30 las personas identificadas con las pruebas de ADN y están a la espera de conseguir financiación para que otras tres familias las puedan realizar. A finales de octubre, una vez incoados los respectivos expedientes, se comenzarán a inhumar los cuerpos en los 30 columbarios cedidos por el Ayuntamiento. En este lugar serán inhumados los cuerpos de las familias que no tienen propiedades en este cementerio, los no identificados y los de aquellas familias que lo han pedido expresamente.
Aremehisa prepara ya dos proyectos para la próxima primavera. Por una parte, intervendrá en Adamuz donde espera exhumar los cuerpos de los últimos maquis, unas 11 o 12 personas asesinadas entre 1943 y 1949. Ya han realizado una cata previa que ha confirmado los enterramientos y recibirá una subvención de la Dirección General de Memoria Histórica de la Junta de Andalucía de 7.000 euros. Por otra parte, actuará en la entrada del cementerio de Aguilar donde exhumará una fosa que está debajo de un panteón familiar, posiblemente con tres cuerpos de vecinos de Montilla. Según Rafael Espino, presidente de Aremehisa, en las dos fosas comunes del cementerio no se actuará hasta que no cuenten con suficiente financiación (80.000 euros para exhumaciones e identificaciones). El 25 de octubre, a propuesta de IU, tendrá lugar un reconocimiento institucional a José María León y a los 4 concejales asesinados, nombrándolos alcalde y concejales honoríficos a título póstumo.