Aguilar de la Frontera. II República. Ley de Laboreo Forzoso. (Iª parte)

Autor: Rafael Espino Navarro

En pleno verano del año 1931, la situación laboral y el malestar provocado por la falta de trabajo se dejó sentir en muchas localidades de la campiña cordobesa, entre ellas Aguilar. El propio Ministerio de la Gobernación recaudará fondos y donativos para paliar la situación de los obreros en paro, haciendo un llamamiento a la solidaridad de los patronos agrícolas para que colaboren y así poder soportar la situación de crisis agravada por el estado de injusticia social.

En este sentido los telegramas de los alcaldes dando cuenta de la grave situación de paro y el peligro de garantizar el orden publico llegan al Ministerio de la Gobernación, informando de las medidas adoptadas por las distintas corporaciones para mitigar el paro y el hambre. Estos no son otras que los consabidos “alojamientos”, que los propietarios y arrendatarios no están dispuestos a asumir. Tras esta situación, el Gobierno Provisional, en un decreto de 18 de julio de 1931, declara prohibido el régimen de repartos de jornaleros entre los propietarios agrícolas durante las crisis de trabajo.

En su defecto se comienza a librar una serie de créditos para la realización de obras públicas.( 18.896 pesetas corresponderán por este mismo concepto a Aguilar de la Frontera, a comienzos de Agosto). A partir de la toma de esta medida gubernamental, se autorizará a los ayuntamientos a realizar un recargo sobre la contribución industrial y territorial “la décima”, con el fin de emprender con las cantidades recaudadas obras para contratar a los obreros parados mediante las “bolsas de trabajo” gestionadas por las comisiones municipales de policía rural.

Un paquete de decretos promulgados rápidamente por el gobierno va a intentar cambiar las relaciones laborales en el campo, abriendo una puerta a la esperanza de los jornaleros. Una puerta que no tardaría mucho tiempo en cerrarse.

El comportamiento arcaico y conservador de los labradores y patronos agrícolas marcará fundamentalmente las características de la próxima coyuntura política y del paralelo conflicto campesino. Este conjunto de factores además incidirá de manera directa en el ritmo de la transformación agraria y de las condiciones en la que está ha de llevarse a cabo, demanda de trabajo, política económica, marca de relaciones laborales, etc.

En consecuencia la legislación agraria de este primer bienio republicano se concentrará fundamentalmente en aspectos productivos y a conformar un conjunto de medidas legales tendentes a regular el mercado de trabajo y a favorecer la negociación colectiva en el campo.

Se decretó la contratación preferente de los obreros propios de la localidad (50), el laboreo obligatorio de la tierra(51). La ley de contratación obrera (52) dará píe a que por parte de los patronos no se pueda contratar al margen de las bases de trabajo aceptadas para la localidad. Se crean las Juntas Locales Agrarias(53) y las Comisiones de Policía Rural, haciendo responsables a los secretarios de los ayuntamientos de todas las denuncias presentadas por escrito por cualquier persona contra los labradores que incumplan la ley de laboreo forzoso.

Las comisiones locales de policía rural serán una pieza clave en el conocimiento de la Reforma Agraria republicana, pues ofrecen una visión total en el pueblo del encono entre propietarios y jornaleros que saben perfectamente en qué fincas se podría labrar más y, sobre todo, mejor.

La comisión de policía rural era la encargada de velar por el cumplimiento de que en las fincas del término municipal se realizasen las tareas agrícolas propias de cada estación del año, con el objeto de mantener en cada explotación las tierras cultivadas para poder así garantizar el empleo y disminuir el paro en el campo.

Cedula de Notificación por incumplimiento de laboreo forzoso

Si se detectaba en este sentido alguna irregularidad, se notificaba a los propietarios de la finca las labores que quedaban pendientes de realizar en la misma, con arreglo a un programa de trabajo previamente presentado y regulado por el Ministerio de Trabajo y publicado en los boletines oficiales de la provincia.

Cedula de Notificación por incumplimiento de laboreo forzoso

Si a pesar del apercibimiento los responsables no cumplían la Ley, se procedía a la intervención de la finca, para posteriormente ser entregada a sociedades obreras, que si la cultivasen, una vez confirmada la resolución de la Sección Agronómica Provincial, ante quien el afectado podía interponer recurso de alzada.

Modelo de recurso para el propietario de la finca

Ni una sola de estas intervenciones fueron necesarias en esta localidad , pero si fueron muchas las denuncias presentadas , por jornaleros y obreros ante los tribunales industriales y jurados mixtos contra los patronos por no cumplir la Ley del Laboreo forzoso, hecho este por el cual algunos años más tarde les sería arrebatada la vida, denunciando su atrevimiento y fusilándolos, por haberles denunciado.

La postura general de los grandes propietarios de tierras en Aguilar de la Frontera, fue negar primero la contratación a todo aquel trabajador que se hubiera “atrevido” a demandar a su empleador ante los jurados mixtos.

Seguidamente a esta medida se continuó poniendo nombre al enemigo: desde las organizaciones patronales se instó a no contratar trabajadores vinculados a los sindicatos de la FNTT

Estatutos de la Sección de Muleros y Arrieros de Aguilar de la Frontera (UGT) inserta en la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra. (Aguilar de la Frontera 1931)

Luego los grandes propietarios de tierras decidieron lo labrarlas todas para no dar trabajo a los jornaleros y sitiarlos a través del paro y del hambre.

“ AHORA YA NO HAY MÁS DOLOR …”

El próximo sábado día 9 de Septiembre del 2012, a las 11 de la mañana, en la explanada de entrada del Cementerio Municipal de Fernán Núñez (Córdoba), AREMEHISA (Asociación para la recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera, hará entrega a las familias de las personas “desaparecidas” , de esta localidad en Aguilar de la Frontera, tras los acontecimientos desatados a raíz del alzamiento militar del 18 de julio de 1936. “Desaparecidos” que han sido buscados, localizados, exhumados e identificadas genéticamente por esta Asociación a la largo de los últimos seis años.

Con la identificación y la entrega de los restos mortales a las familias, estas pueden poner fin a un tiempo de dolor que parecía no tener fin. Con este acto se alcanza también , la conclusión del luto prohibido. Muchos de ellos podrán públicamente llorar a sus padres, llorar a sus abuelos, sin miedo, sin vergüenza. La emoción abrillantara por fin sus ojos secos.

Recuerdos, imágenes, palabras, sentimientos distantes, sin duda alguna someterán ese día a la memoria, a esa memoria que nunca han perdido, (al igual que la esperanza de que alguna vez pudiesen vivir este día), a una tensión extrema, pues todos ellos serán conscientes de que ha llegado ya el momento de firmar la paz, firmar la paz consigo mismo.

Una paz, que de nuevo traerá aires de dignidad y respeto, de tolerancia y libertad. Sin ira, sin rencor. Sin miedo.

Por fin, podrán dedicar cada día de lo que les quede de vida a memorizar una lección. Una lección que sin duda alguna ellos han protagonizado durante estos tres cuartos de siglo últimos. Una lección que ellos han dado a este país superando viejas deudas pendientes.

Todos ellos se acordarán siempre de este día con orgullo, dando de nuevo otra vez más, las gracias. Manteniendo el llanto, mimando las lágrimas … se acordarán del día que dejaron atrás la tristeza, la incertidumbre y el dolor, para pasar a ocupar un lugar definitivo en la memoria.

Ahora, ya no hay más dolor .

ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE AGUILAR DE LA FRONTERA (CÓRDOBA)

http://www.aremehisa.org.es

aremehisa@aremehisa.org.es

AREMEHISA (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera (Córdoba), en el día Internacional delas desapariciones forzadas desea manifestar públicamente que los organismos internacionales definen la desaparición forzada como el arresto, la detención, el secuestro o cualquier forma de privación de libertad que sea obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización de este, además de con su apoyo o aquiescencia, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o del paradero de la persona desaparecida , asesinada, sustrayéndola a la protección de la ley.

Por ello aunque esta sea solo una acción aislada o una práctica sistemática, la desaparición forzada es constitutiva de un delito de crimen de lesa humanidad, cuya definición internacional ha sido establecida por la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas.

A pesar de ser uno de los crímenes que mas repugnan a la conciencia mundial, por la crueldad y el desamparo al que se ven sometidas sus víctimas y el sufrimiento prolongado que impone a sus seres queridos, son muchas las familias que actualmente en España, aún siguen siendo victimas de las desapariciones forzadas ocurridas en este país durante la Guerra Civil y el franquismo. Situación esta que coloca a este país en el segundo país a nivel mundial donde existen mas personas desaparecidas, tras Camboya algo que a nuestro juicio es denigrante e injusto, en una sociedad democrática y tras el tiempo transcurrido desde que se produjeron las desapariciones, cuando estamos ante los crímenes mas horrendos que se puedan cometer contra personas y a pesar de su no prescripción.

Deseamos desde AREMEHISA, una vez más mostrar públicamente nuestra preocupación por la falta de voluntad política para incorporar en el ordenamiento jurídico español un compromiso internacional, adquirido por otra parte, ya en el 2009 con la ratificación por parte del Estado español de la Convención Internacional para la desaparición de todas las personas contra las desapariciones forzadas.

Y de esta forma poner fin a la impunidad de los crímenes cometidos, cumpliendo como marca la ley con la protección a las victimas y haciendo cumplir las resoluciones de los organismos internacionales ratificadas en esta materia, por parte del Estado español, que hasta este mismo momento viene incumpliendo de forma sistemática.

Esta Asociación, AREMEHISA, continua y continuará trabajando de forma denodada para que la normativa española sea consecuente con el derecho penal internacional y para que el Estado español honre su compromiso de proteger de una vez por todas a las victimas de las desapariciones forzadas y para combatir totalmente su impunidad.

Aguilar de la Frontera (Córdoba) a 30 de agosto del 2012.-

Rafael Espino Navarro

Presidente AREMEHISA

“ FUSILADOS, LOS CADÁVERES AMONTONADOS…
… ROCIADOS CON GASOLINA Y QUEMADOS . “

Autor: Rafael Espino Navarro

“… me encuentro bien, cuida mucho de los niños. Besos para todos.”

En la madrugada del miércoles 5 de agosto de 1936, siete personas (entre ellas dos mujeres) fueron conducidas maniatadas y fuertemente custodiadas por miembros de la guardia civil y de la policía municipal, acompañados por algunos miembros del somatén civil, de los que se sumaron en los primeros días del alzamiento militar a las ejecuciones y asesinatos, al exterior de la cárcel municipal de Aguilar de la Frontera.

Desde hacía varios días se encontraban detenidas en el antiguo cuartelillo, que se ubicaba en las dependencias de la guardia municipal, en el Ayuntamiento de Aguilar. Algunos de ellos fueron detenidos a finales del mes de julio y otros lo han sido a comienzos del mes de agosto. Desde hace algunos días han visto como esta misma operación se realiza todas las mañanas. Sus compañeros de celda, salen maniatados a una cuerda de presos, con la escusa de ser trasladados a Córdoba, pero sus familiares y amigos nunca más volverán a verlos.

Introducidos a la carrera en un camión que espera fuera, son trasladados a un paraje en la carretera nacional que une la capital de España, Madrid con Málaga en dirección a la localidad de Monturque . Junto al puente sobre el arroyo de Camarata. Es un lugar tan bueno como cualquier otro para cometer en la mas absoluta complicidad de la noche los asesinatos que tienen encomendados realizar. No han sido los primeros, ni tampoco serán los últimos.

Entre las siete personas que bajan a empujones del camión, podemos identificar a Francisco González Toro a/ “el ponteño”, de 37 años de edad. Jornalero. Socialista. Ha sido durante los últimos años del periodo republicano funcionario del Ayuntamiento, dedicado a inspeccionar y sancionar las fincas que incumplian la Ley del laboreo forzoso, trabajo este que le ha granjeado algunas enemistades entre las clases mas pudientes. Hace apenas tres días han asesinado también a su hermano Francisco Luís. Tiene 9 hijos y acaba de dejarle una nota escrita a lápiz … antes de salir del cuartelillo a su mujer a la que hace ya algunos días no la dejan verlo, en la que le dice … “ Teresa, te escribo esta esquela para decirte que me encuentro bien. Todo va bien. Cuida mucho de los niños. Besos para todos.”

Junto a él ha bajado también del camión su cuñado Manuel Reyes Gómez, Jornalero de profesión, es soltero y tiene 44 años de edad, que baja agarrado a su joven sobrino Manuel Soto Carmona , jornalero y socialista también.

Manuel Romero Valverde a/ “Canillas”, es el yerno de Francisco González Toro y fue detenido junto a el. Su suerte corre paralela a la de su suegro desde entonces. No ha logrado contactar aún con nadie de su familia. Le estarán buscando sin saber donde.

Rafael Sampedro Luque, de 26 años, soltero y estudiante, también ha bajado del camión, junto a dos mujeres mas de identidad desconocida.

La completo soledad en la que se encuentra el paraje a estas horas de la mañana, acompaña a la clandestinidad de los asesinatos que se cometen con todos ellos. Alineados, juntos unos a otros. Todos son fusilados, al alba del día 5 de agosto de 1936. Los disparos son perfectamente audibles a varios kilómetros de distancia. Alguno de ellos ha caído al suelo con un hilo de vida que pronto se le será arrebatado.

Los cadáveres, han sido amontonados, rociados con gasolina y quemados, al mas puro estilo africanista, tal y como se acostumbro por el ejercito español en las guerras de Marruecos por la soldadesca mas embrutecida y sádica a hacer desaparecer totalmente al enemigo. Es presumible que alguno de los que mandan las fuerzas sublevadas y han perpetrado los asesinatos sea procedente de esa todavía reciente contienda.

Los cuerpos calcinados, se dejaron junto a la carretera varios días, para escarmiento de los que albergarán aún alguna duda respecto a que bando adherirse. Su espantoso espectáculo sería recordado muchos años más tarde por algunas de las personas que tuvieron la fatalidad de poder verlo. El testimonio oral se transmitiría integro a las nuevas generaciones y a las familias.

Varios días mas tarde, los cuerpos calcinados, serían reducidos a golpes, para poder ser introducidos en dos grandes sacos de pita, ( de los que se utilizaban en aquella época para guardar y almacenar el grano). Uno más grande, que alojaría cinco cuerpos y otro más pequeño en cuyo interior se guardarían los restos de las otras dos personas.

Atadas sus bocas con grueso alambre, los dos sacos con los restos calcinados de todos ellos, serían trasladados al interior del cementerio municipal de Aguilar de la Frontera y arrojados al interior de una de las fosas que en aquellos días albergaban los cuerpos de las personas que estaban siendo asesinadas desde los primeros días del alzamiento militar. La fosa número 20, alojaría para siempre los restos de las personas vilmente asesinadas esa madrugada del día 5 de agosto, junto a algunas personas más asesinadas con anterioridad y posterioridad a ese día.

75 años después, (2010) AREMEHISA (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera, pudo por fin, exhumar sus cuerpos y reconstruir el escenario de la muerte, donde quedaron huellas impresas y acusadoras de la veracidad de los hechos ocurridos.

Una vez más, el testimonio, transmitido de generación en generación, unido a un aséptico trabajo multidisciplinar, científicamente realizado pone de manifiesto la urgencia de este tipo de intervenciones para poder reconstruir el pasado y conocer de una vez por todas la verdad de lo sucedido.

MANUEL JIMÉNEZ ESPINO.
… de la búsqueda de ayer a la verdad del presente.

Autor. Rafael Espino Navarro

“… la primera baja que se produce en toda guerra es la verdad”.

Después de 76 años y 18 días de su desaparición y asesinato, por fin Manuel Jiménez Espino a/ “Ritón”, descansa junto a los suyos. Sus restos mortales han sido hoy inhumados en un panteón familiar, junto a sus padres Francisco y Antigua.

Su insólita historia es otra historia más de las muchas historias personales abolidas e ignoradas por el paso devastador del tiempo, solo mantenida viva durante todos estos años en el entorno familiar más cercano.

Manuel, nació en Aguilar de la Frontera, el día 9 de mayo de 1919 solo contaba con 17 años recién cumplidos el día de su asesinato. Tenía toda una vida por delante. Una vida sesgada y arrebatada vilmente por sus verdugos, junto a la de sus dos tíos, Antonio y Manuel Espino Jiménez.

Jornalero de profesión, Manuel era hijo de Francisco Jiménez Gómez y de Antigua Espino Jiménez.

El comienzo de la guerra civil, le sorprendió en Aguilar. Era Aguilar en el año 1936, un pueblo sin conflicto alguno entra patrones y obreros, prueba de ello es que las bases para el trabajo de ese año, se firmaron sin ninguna dificultad.

Los acontecimientos que ocurrieron en Aguilar en el mes de Agosto de 1936, cambiarian por completo su vida y por ende la de toda su familia.

El 18 de julio de 1936, tras la noticia del alzamiento militar, los obreros agrícolas tomaron el pueblo, encarcelando a la directiva local de Falange Española y Acción Popular, y a algún que otro patrono.

El teniente de la Guardia Civil, hizo promesa expresa ese mismo día de fidelidad a la República ante el Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera en pleno. No fue así, el día 19 de agosto, la Guardia Civil, publicó el bando de guerra y tomó el Ayuntamiento, dejando libres a todas las personas encarceladas y encarcelando a la mayor parte de la corporación municipal del Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera, entre ellos el alcalde socialista Jose Maria León JIménez, que fue fusilado el día 2 de agosto.

La Guardia Civil de Aguilar, se destacó enormemente en la represión llevada a cabo durante esos dias, fusilando a mas de un centenar de personas.

Todo se mantuvo en este ambiente hasta el dia 24 de julio, fecha en que Aguilar, fue bombardeada por la aviación nacional procedente de Sevilla, en la creencia de que los «rojos», se habían hecho fuertes en Puente Genil y se dirigían a la población de Aguilar, para sitiarla y tomarla.

En el bombardeo murieron cuatro personas, otras tantas resultaron heridas y otras muchos huyeron al campo. Manuel Jiménez Espino se encontraba entre estos últimos, toda su familia, tíos, primos, hermanos y padres, huyeron a los Arenales, en el término de Puente Genil.

Esto ocurría el día 25 de julio, día en que la Guardia Civil de Aguilar pidió refuerzos a las localidades vecinas, Lucena, Monturque, de donde llegaron más guardias civiles y se entabló un tiroteo que duró varios días, entre éstos y algunos obreros armados de escopetas, que llegaron procedentes de Aguilar y Montilla. La guardía civil tomó el pueblo ese mismo día.

Tras enterarse en el campo de los disturbios producidos en la localidad, a finales del mes de julio, su tío Antonio Espino Jiménez, acompañado de su hermano menor Manuel Espino Jiménez y el sobrino de ambos Manuel Jiménez Espino junto a varios hombres más, decidieron ir a Puente Genil al Socorro Rojo, para aprovisionar de alimentos y otros menesteres a sus familias, que llevaban varios días en el campo.

Descartaron acudir a Aguilar, porque tenían precisamente noticias de los tiroteos acaecidos algunos días antes en el pueblo.

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Su llegada a Puente Genil no pudo ser en peor momento. El día 31 de julio, Puente Genil estaba siendo tomada por tropas del comandante Castejón, que el día 28 de julio, salieron de Sevilla con un único objetivo «tomar Puente Genil «.

Atacaban Puente Genil, una bandera del tercio, una compañia del Regimiento de Granada, un escuadrón de a pie, una compañía de sanidad, una sección de zapadores, otra de asalto, otra de requeté y otra de falange, además de varias baterías y vehículos blindados, a las que posteriormente se unirían otras columnas de guardias civiles procedentes de Ecija y que se nutrirían de más efectivos al pasar por las localidades de La Rambra ,Fernán Núñez, Montilla y Aguilar.

La ocupación de Puente Genil fue rápida. La represión salvaje.
A todos los hombres que encontraban en la calle, en sus casas, en las afueras se les fusilaba inmediatamente.

Los aviones no cejaban en su bombardeo. Fue horrorosa la matanza, y se cuentan en mas de mil los fusilamientos que se llevaron a cabo ese mismo día y en los sucesivos.

Manuel, junto a sus tíos Antonio y Manuel y varios acompañantes más, fueron detenidos y encarcelados muy posiblemente en la improvisada prisión del «Molino del Marqués».

Reconocidos por algunos guardias civiles de Aguilar, de los que se sumaron a las fuerzas procedentes de Ecija, los maniataron y fueron conducidos a la cárcel de Aguilar de la Frontera, en la tarde noche del día 31 de julio de 1936.

Cuando el camión con los detenidos entró en Aguilar, las gentes que conocían a los Ritones, avisaron a sus mujeres y familia. Es misma noche, la mujer de Antonio, pudo hablar con el a través de la ventana del cuartelillo donde estaban presos.

La madrugada del día 1 de Agosto, ( antes de que se pudiesen hacer gestiones para su liberación) apuntando el día, fueron junto con algunas personas más, subidos en un camión y trasladados fuera de la cárcel.

Cuando los familiares llegaron a preguntar por ellos les dijeron que se los habían llevado de nuevo fuera de Aguilar, a Puente Genil. Distintas averiguaciones posteriores que realizaran las familias les informaron de que muy probablemente los habían llevado a un paraje en el término de Puente Genil, conocido como el “camino de las vigas”, donde les dieron muerte a todos esa misma madrugada del día 1 de agosto.

Esa misma mañana fusilaron junto a Manuel Jiménez Espino (17 años) a sus tios Antonio Espino Jiménez (36 años) y Manuel Espino Jiménez (26 años), a Jose Maria Alba Olmo (30 años) y a Manuel Espada Casaña ( 33 años).

La búsqueda mantenida por las familias durante muchos años jamás dio resultado. Nunca supimos donde buscarnos, ni donde llorarlos. Pues los asesinos con el cruel engaño se aseguraron de que jamás nadie pudiese encontrar los cuerpos.

Tuvimos que armarnos de paciencia y esperar 75 años para conocer la verdad de lo sucedido. La incansable búsqueda generacional no interrumpida, por fin dio pasa al conocimiento de la verdad del presente.

La intervención realizada por AREMEHISA, (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera) (Córdoba) el pasado año 2011, arrojo un resultado inesperado y sorprendente.

De la fosa número 21, se exhumaron los cuerpos de diez hombres, en dos depósitos distintos. En cada depósito aparecieron cinco varones.

Esta fosa formaba parte del entramado de enterramientos clandestinos que los asesinos utilizaron en el interior del cementerio para ocultar los cuerpos de 70 personas, asesinadas entre los últimos días del mes de julio de 1936 y el día 16 de agosto de ese mismo año. Además presentaba una particularidad. Tenía propiedad. La fosa fue vendida a un particular por el Ayuntamiento de Aguilar en el año 1950, existiendo con ello una premeditación en ocultar y dificultar si cabe todavía más la localización y búsqueda de estas personas. Y en el interior de la misma se encontraban los restos de cuatro personas de esa familia.

Plano topográfico del perfil de la fosa número 21

Las identificaciones de ADN y el estudio antropológico , realizadas a los familiares, y a los restos exhumados determinaron la identidad de Manuel Jiménez Espino, Antonio Espino Jiménez y Manuel Espino Jimenez y a sus compañeros de infortunio. Existiendo además una clara correlación e igualdad entre todas las muestras tomadas de todos ellos. Confirmando una vez más la falta de piedad y el engaño consumado de sus verdugos y el deseo premeditado de que jamás fuesen encontrados sus cuerpos.

La muerte de Manuel Jiménez Espino se inscribiría en el Registro Civil, fuera de plazo legal, el día 13 de enero de 1955, diez y nueve años más tarde.

Afortunadamente hoy, con una reparación como la que se ha realizado, la familia ha puesto fin a una espera y duelo interminable. Con su termino, por fin han alcanzado la paz, dejando atrás las secuelas de una guerra injusta y terrible.

Personalmente al terminal el acto de inhumación hoy me he sentido con una tremenda alegría y satisfacción personal, sabiendo que con nuestro trabajo, una vez mas hemos contribuido a devolver la verdad y la tranquilidad a otra familia mas de este pueblo. Pero sobre todo por haber deshecho lo que durante tanto tiempo se pretendió ocultar y se planificó y programó de forma tal vil y cobarde, de forma tal abyecta y perversa, tan ruin y miserable por aquellos que sabiendo que los asesinatos y actos que cometieron se realizaron de forma arbitraria e ilegal, amparándose en la mentira y la ocultación pretendieron cubrir los mismos con el manto de la ocultación perpetua y la impunidad.

Hoy … la búsqueda del ayer, ha dado paso a la verdad del presente y Manuel Jiménez Espino, descansa por fin en paz.

ROJOS. 16 de agosto de 1936

Autor: Rafael Espino Navarro.

“… los cuerpos caen al suelo sin vida. La “roja” sangre de todos ellos, se diluye y se mezcla sobre la “tierra” que un día anhelaron”.

Es domingo, 16 de agosto de 1936. Al alba los débiles rayos de sol comienzan a apoderarse del angosto y seco paisaje repleto de miles de viñedos donde cuelgan ya los dorados racimos de uvas que esperan una rápida y pronta recogida.

Junto a ellos serpentea la carretera nacional, alzándose sobre el reconstruido puente del río Cabra, dinamitado hace apenas tres semanas por los jornalero, partidarios del régimen republicano en su huida de la localidad,cuando fue tomada por la guardia civil, para imposibilitar la salida y el acceso a la población de Aguilar de la Frontera (Córdoba) en dirección a la capital.

El dorado pasto alfombra los parajes ya segados, próximos a las blancas salinas que se abren sobre la pequeña vega que discurre paralela al trazado del río. Tranquilidad, silencio. Solo el canto de los madrugadores pájaros perturba el alba de la mañana.

Bajo el viejo y abandonado puente romano, las aguas del río discurren lentas y arremolinadas sobre el remanso natural que bordea las salinas. La leve brisa matinal, eriza el bello de frío, anunciando tras su fin, las altas temperaturas que proseguirán durante el día cuando el astro sol haga su aparición completa adueñándose de todo cuanto encuentre a su paso.

Llama la atención la tranquilidad y la calma. Exenta de toda actividad humana. Son las siete de la mañana. Cerca, las casillas habitadas, aún permanecen cerradas. El miedo de las gentes de estos parajes producido por los acontecimientos de los últimos días, ha echo que sus habitantes permanezcan en el interior de sus refugios y casas.

El silencio y la tranquilidad imperante solo se rompe, cuando un desvencijado camión rojo hace acto de presencia a lo lejos. El rugido de su motor y sus débiles luces delatan su pronta presencia. Aún esta lejos. Viene hacía las salinas en dirección a Aguilar, desde Montilla. Viaja a gran velocidad, como si viniese huyendo de algo. Trasporta una carga “altamente peligrosa”. Al llegar a la curva de las salinas, disminuye su marcha y se detiene a un lado de la carretera.

Del interior de su cabina, bajan dos hombres, armados con fusiles Mauser. Uno de ellos, el que no conduce, es un guardia civil. Su uniforme lo delata. Sus galones en la bocamanga del uniforme y en el gran sombrero blanco que nada más bajar del camión ha dejado caer sobre su cabeza lo identifican como un sargento de la benemérita. Porta también pistola de 9 mm. al cinto, como todos los suboficiales.

Su rostro muestra los síntomas de una noche de insomnio. Una noche de servicio y cumplimiento del deber. El deber con la patria. El deber con el nuevo estado. El deber con la nueva España. El deber con su glorioso movimiento nacional, salvador de la patria, al que de forma unánime se ha unido y sumado, a las ordenes de su comandante de puesto hace ya casi un mes, cuando recibieron instrucciones desde la capital.

Para el este viaje es uno más. Desde el día 20 de julio del pasado mes, ha perpetrado varios servicios “especiales” a la causa. Hoy de nuevo espera terminar pronto y rápido. No ha dormido nada en toda la noche y quiere descansar. Salieron de Fernán Núñez, ya de madrugada e hicieron una parada en la localidad cercana de Montemayor, tras recibir una llamada indicándole que habría de recoger una mercancía extremadamente peligrosa también en esta localidad. Ha recibido ordenes al respecto y espera como en otras ocasiones no defraudar la confianza que sus superiores han puesto en él.

Al acercarse a la parte posterior del camión grita !Arriba España!, a lo que varías voces desde el interior responden de forma unánime.

La parte trasera del camión, la de carga, se encuentra cubierta por una loneta de color gris. Por alguna de las rasgaduras que tiene en uno de sus laterales se puede ver parte de la carga que transporta. Parecen personas, pero no se ve muy bien el número de ellas.

En su interior, se oyen gritos ordenando que bajen rápidamente del camión, a la vez que la trampilla metálica que cierra el remolque, es abierta y con un estrepitoso chirrido, cae por la fuerza de la gravedad al quitar los pestillos que la cierran, produciendo un enorme ruido multiplicado por el silencio imperante en el lugar.

Del interior, bajan otros tres hombres más, también armados con fusiles. Dos son guardias civiles. El tercero no parece militar, pero también porta pistola al cinto. Viste con uniforme azul sobre el que destacan ribetes amarillos entre los que se distingue un yugo y unas flechas.

Tras ellos, atropelladamente … brutalmente empujados bajan 10 personas. Atados entre ellos a dos cuerdas de presos. Los dos últimos caen al suelo desde lo alto del camión. Hoy dos mujeres entre ellos. El vientre abultado de una ellas, denota su avanzado estado de gestación.

El último en abandonar el camión, es otro guardia civil. Un cabo. Fuertemente armado, con formas toscas y de aspecto casi fantasmal, toma el mando y ordena lo que hacer, nada más poner píe en tierra.

Dos cuerdas de presos. Una de Fernán Núñez, en la que van atados Antonio Pintor Marin, chofer de profesión, de 43 años de edad, que ha sido durante mucho tiempo Presidente de la Agrupación Local del Partido Socialista Obrero Español de Fernán-Núñez. Tras de él camina Fernando Valle Luque, industrial y comerciante, de 42 años de edad, al que le sigue su esposa, embarazada, María Antonia Jiménez Alcaide “La Fina” de 41 años. Teodomiro Villalba Velasco es el último de esa cuerda de presos. El es también de la misma localidad, es jornalero y tiene 33 años de edad.

En la otra cuerda se encuentran atadas personas detenidas en Montemayor. El montillano Rafael Pedraza Bellido, es el primero. Rafael tiene 39 años de edad, es electricista y ha sido durante muchos años Presidente de la Agrupación Local del Partido Socialista Obrero Español de Montemayor, localidad donde vive desde que se caso. Tras de él, camina con mucha dificultad, el también miembro de la Agrupación local socialista, Antonio Jiménez Jiménez, “Paquili” camarero de profesión, de 40 años de edad. Le sigue Juan María Moreno Díaz, “Cachas” socialista también, carpintero, de 44 años. Rafael Prieto Nadales “Pelengue” se encuentra atado junto a él. Jornalero, tiene 37 años recién cumplidos. Alfonsa Galan Luna, camina tras de él.Es natural de Fernán Núñez, pero ha sido detenida en Montemayor, el pueblo de su esposo. Tiene 47 años. José María Arroyo Llamas, “ el Titi” es el último, carpintero tiene 29 años de edad.

Todos los detenidos llevan las manos atadas con alambres… estas, se unen a una cuerda. Una cuerda que une sus manos … una cuerda que une sus cuerpos … sus vidas, tras haber sido detenidos en sus casas, apenas hace unas horas, cuando emprendieron un viaje sin retorno en la tarde noche del día 15 de agosto de 1936.

Vigilados muy de cerca, encañonados constantemente por los fusiles, todos ellos son llevados a empujones a un descampado cercano a la carretera. Cruzan la casi inexistente cuneta acuciados por los gritos , ordenes e insultos que se suceden de forma casi incoherente.

Para poder ser alineados, uno junto a otro, uno de los guardias civiles se ha acercado y los ha liberado de la cuerda. Los alambres aún aprisionan sus muñecas. Las dos mujeres, se abrazan. No hay llantos, ni lamentos, pero sus rostros presagian lo que esta a punto de suceder. Agonía en silencio. Los hombres con los dientes apretados contienen la rabia y la impotencia.

Tres ráfagas de disparos de fusil Mauser rompen el silencio a la orden de ¡ Fuego¡. Las descargas han sido perfectamente escuchadas por las personas que habitan en las casillas próximas. 10 cuerpos caen al suelo sin vida.

La “roja” sangre de todos ellos, se diluye y se mezcla sobre la “tierra” que un día anhelaron. 10 disparos más certifican un trabajo bien hecho. Las ordenes recibidas han sido cumplidas.

No muy lejos, en el cerro de San Cristóbal, a esa misma hora, el chirrido espeluznante de las bisagras de hierro de la enorme puerta del Cementerio Municipal de Aguilar de la Frontera ha provocado la desbandada de cientos de pájaros que dormitan en los jóvenes y verdes cipreses de su interior.

Desde hace ya casi un mes y aprovechando la clandestinidad y ocultación que ofrece la llegada del nuevo día, al alba, llega al pueblo el acusador eco de los disparos, que confirma nuevos asesinatos , la continuidad de la ejecución de cientos de personas asesinadas, solo por pensar de forma diferente.

Hoy también ha podido escucharse.

Hace apenas medía hora, una camioneta detenía su motor delante del cuartelillo, en la calle Pescaderías, (junto al Ayuntamiento). En una de sus puertas puede leerse un pequeño rotulo que dice “Fábrica de Aceite Las Puentes”. De su interior bajaron dos hombres. Uno vestía uniforme de guardia municipal, el otro era un guardia civil. El cabo. Un tercero, el conductor de la misma, requerido por la guardia civil desde hace unas semanas para que conduzca el vehículo, que también ha sido requisado, permanece junto al volante, cabizbajo, con el rostro entre las manos. Esta pálido y parece muy asustado

Poco tiempo después, por la puerta del cuartelillo, salía una cuerda de presos, fuertemente custodiada por otros cuatro guardias municipales, pistola en mano. En el exterior, se les unieron otros tantos guardias civiles, recién llegados.

Son todos hombres. Ocho. José María Tubino Montesinos y los hermanos Modesto y José Carmona Padilla “Los Cerotes”, junto a otros cinco hombres más. Llevan atadas las muñecas, algunos con alambre, otros con cable eléctrico y este a su vez hilvana una cuerda corta, que los une a todos para que nadie pueda escapar corriendo, sin que la unión a sus compañeros le detenga.

Han subido a la camioneta, junto con los municipales y los guardias civiles. El que parece estar al mando, sube junto al conductor y ordena ¡al cementerio¡.

Al bajar la cuesta de la Membrilla, junto a la fuente, alguien grita desde el interior el nombre del conductor de la camioneta, pidiendo compasión por sus hijos. El conductor, que llora impotente, al reconocer por la voz a muchos de los que han subido en la parte trasera y que hasta hace unos días eran sus compañeros y amigos.

Solo diez minutos. Diez largos e interminables minutos bastan para llegar a las puertas del cementerio. Una vez allí, los presos son bajados rápidamente y conducidos a las tapias exteriores de la zona sur. Al girar el camino que circunscribe las mismas, son detenidos y alineados.

Mientras, las puertas del cementerio se abren para dejar entrar un camión. Rojo con loneta gris, que transporta un carga que “ya no es peligrosa”, el ensordecedor ruido de los disparos oculta para siempre la injusticia y la impunidad de los asesinos . Ocho cuerpos sin vida caen al suelo y … la “roja” sangre de todos ellos, se diluye y se mezcla sobre la “tierra” que un día anhelaron. Ocho disparos espaciados, esta vez de pistola reglamentaria de 9 mm. arrebatan por completo el último hilo de vida.

Entre sollozos de dolor y angustia, el conductor de la camioneta, abatido, llora desenfrenadamente al ver la imagen de la muerte, la injusta muerte, el impune asesinato, con su rostro ensangrentado, de compañeros y amigos. Una imagen del horror, que ya no olvidará mientras viva.

En el interior del cementerio, dos hombres, uno de ellos apodado “el morito”, se afanan por bajar los cuerpos sin vida, del camión rojo. Este ha sido conducido hasta la parte norte. Junto a la Iglesia, donde los cuerpos son tirados desde lo alto del camión al suelo. Amontonados. Las últimas en caer son María Antonia y Alfonsa.

Sus frágiles cuerpos son tirados y ocultados en la última de las fosas que conforman un entramado clandestino para silenciar los asesinatos cometidos durante las últimas semanas por los golpistas. Es la fosa número 19. Con anterioridad, desde finales del mes de julio, han sido ocupadas las fosas número 6, la 18,20 y 21, en esta parte del cementerio. En la zona sur, fueron ocupadas otras tres, la 50, 51 y 51, para la primera semana del alzamiento.

Los cuerpos de María Antonia y Alfonsa, son los primeros en ser arrojados a la fosa número 19. Con posterioridad, serían arrojados a la misma el resto de cuerpos hasta un total de 18 personas. El mismo números de asesinatos cometidos en Aguilar de la Frontera, el día 16 de agosto de 1936.

Mientras los cuerpos son arrojados al interior de la fosa, a mas de tres metros de profundidad, a esta se acercan dos personas. Un guardia civil y un guardia municipal. Al asomarse al interior de la fosa, ambos se miran y sonríen. Complacientemente y al unisonó, ambos descorren los cerrojos de sus fusiles Mauser. Apuntan hacia el interior de la fosa y realizan varios disparos al interior de la misma, al bulto de los 18 cuerpos apelmazados unos sobre otros.

Mientras los dos camiones se alejan del cementerio municipal, los dos hombres ocupados en las tareas de enterramiento clandestino, comienzan a echar sobre los cuerpos, paladas de la tierra, de la misma que se encuentra amontonada al lado de las sepulturas.

A mas de tres metros de profundidad, varios metros cúbicos de tierra ocultan sus cuerpos. Una ocultación mas, de las que en las últimas semanas se han practicado en este mismo entorno y que se convertirá con el paso del tiempo en un drama colectivo en España. Una España donde la mitad de sus hijos albergarán sentimientos de rabia e impotencia, agravadas porque durante muchos años, estas muertes, estas desapariciones, estos asesinatos, no pudieron ni tan siquiera ser llorados.

Mientras el sol ha hecho ya su total aparición y los cipreses proyectan su sombra crecida sobre la tierra que oculta los cuerpos, los operarios del cementerio se afanan por terminar un proceso de “desaparición” perfectamente planificado y diseñado.

La última palada de tierra deja paso al rastrillo y al apisonamiento de la tierra, que durante mas de tres cuartos de siglo, sellara la tragedia, sucedida al alba del día 16 de agosto de 1936 en Aguilar de la Frontera (Córdoba)

I ANIVERSARIO HOMENAJE A VICTIMAS DEL FRANQUISMO EN SAN SEBASTIAN DE LOS BALLESTEROS (CORDOBA)
Hoy 13 de agosto hace un año que celebramos dicho homenaje en el pueblo de mi familia, en la campiña cordobesa. Entre los homenajeados estaba mi
abuelo paterno Juan Sag Tripiana. 75 años después de sus asesinatos, casi nada.
Nunca hubiese imaginado que en menos de un año habría perdido una de las cosas que más quería en esta vida: mi padre.
Solo os digo a todos que la vida es fugaz, es efímera: nunca desperdiciéis la ocasión de hacer algo que valga la pena, algo que deséis hacer con todas vuestras fuerzas.
Porque esa ocasión, simplemente, a lo mejor nunca vuelve…
Por eso hoy más que nunca me siento aliviado y orgulloso de haber podido estar aquél día allí. El recuerdo de esa fecha estará conmigo siempre.
Jamás olvidaré el día en el que sacamos del olvido a nuestros paisanos
Jamás olvidaré la satisfacción de tanta gente y el lastre que allí soltaron
Jamás olvidaré la ayuda incondicional de todos aquellos que la prestaron
Jamás olvidaré nuestro tesón para saltar todos los obstáculos que se nos presentaron
Jamás olvidaré la cercanía, el cariño y el afecto que recibimos
Y jamás olvidaré el día en que mi padre se sintió más cerca que nunca del suyo.
Según me cuentan, no hay día que ese monolito no tenga flores, lo que me llena de satisfacción. Las circunstancias nos impiden estar este verano por allí, pero gracias a nuestra querida Josefita el monolito lucirá nuestro ramo:
“José Sag vino hace un año a recordaros para siempre…”

MEMORIA VIVA. Fragmentos de testimonios de Aguilar de la Frontera.
Autor: Rafael Espino Navarro

Hasta el día de hoy, no se ha logrado la justicia el los muchos casos de personas detenidas “desaparecidas” en Aguilar de la Frontera. Este artículo pretende ser una muestra, insignificante, para mostrar el alcance de la tragedia y el hecho de que los crímenes hasta el día de hoy se mantienen impunes. Recordar a los desaparecidos es una tarea necesaria e imprescindible si se quiere construir un futuro mejor donde no queden impunes.

Siempre ha sido un hecho conocido por todos, la certeza de la existencia de las fosas comunes de la guerra civil. Y que estas se encontraban en el interior del cementerio municipal de Aguilar de la Frontera. Los mayores desde siempre así lo habían contado.

Durante muchos años esa certeza, conocida por todos, nunca pudo ser constatada y demostrada. Las fosas existían, pero nadie sabia donde estaban. O al menos nadie acertaba a concretar el lugar exacto de la ubicación de las mismas.

Con el final de la dictadura franquista, durante los años de transición se emprendió por parte de un grupo de personas de la localidad, el primer intento real de localización de las fosas comunes. Durante varios meses se practicaron catas en los lugares mas insospechados, sin llegar a encontrar las mismas. Determinar con exactitud el lugar y ubicación de las fosas comunes fue siempre tarea poco menos que imposible.

El segundo intento ha sido el llevado a cabo a través de esta investigación, treinta años más tarde, sabiendo perfectamente cuando comencé la búsqueda de alguna pista al respecto que contaba con la dificultad añadida del paso inexorable del tiempo y de la perdida de información que esto ocasiona. A lo largo de todos estos treinta años se han perdido testimonios muy valiosos de primera mano que hubiesen sido determinantes para ubicar el lugar donde se encuentran las fosas.

Para realizar búsqueda he utilizado numerosos testimonios de familiares y personas que vivieron aquellos acontecimientos de forma directa así como cuanta otra información he podido recopilar en distintos archivos documentales e históricos. Todos han aportado algo.

Por eso ha sido tan importante llevar a cabo esta investigación. Creo que hemos avanzado mucho, pero hay que seguir trabajando antes de que desaparezcan estos testimonios orales, que han sido una fuente fundamental para encontrar las fosas comunes.
En este trabajo pues, cuya fuente principal de investigación han sido los testimonios orales ha tenido la imperiosa necesidad de utilizar de manera complementaria otras fuentes de investigación como la escrita, profundizar en la reconstrucción de los hechos.

Y ha sido necesario en muchas ocasiones poder confrontar los testimonios orales con la información que en un contexto distinto a veces ha sido proporcionada por los datos documentales.

Pero lo que sin duda alguna me ha ayudado de forma notoria y considerable fue la respuesta de un buen amigo, me dijo … comienza preguntando a la gente … la gente sabe.

Esto sin duda alguna me hizo replantearme el esquema inicial de trabajo y comenzar a trabajar solo en una línea de investigación, la cual he mantenido durante algunos años y que ha resultado fundamental para por fin conocer parte de la verdad que buscaba. Estoy hablando de las entrevistas personales. La búsqueda de la memoria viva, como se ha dado en llamar o la búsqueda de donantes de memoria.

Durante todo el año 2007, ocupe todo mi tiempo en esta línea buscando y encontrando a decenas de personas de avanzada edad que me abrieron las puertas de sus recuerdos mas reconditos y los cajones donde han guardado como oro en paño durante muchas décadas sus pequeños tesoros personales, fotografías, documentos familiares, cartas, etc …

Todos, absolutamente todos, han prestado un gran servicio a esta noble causa. Y desde aquí, quiero agradecerles su desinteresada y valiente colaboración.

Con algunos de ellos, hemos llegado a buscar físicamente sobre el terreno, intentando en mas de una ocasión ubicar las fosas, pero siempre de forma errónea. Tras varios intentos infructuosos, la idea de no encontrarlas nunca comenzó de perturbar mi ánimo.

Pero he de decir sin faltar a la verdad que ha habido tres testimonios importantísimos y relevantes a la hora de clarificar y obtener luz acerca de la ubicación y emplazamiento de las fosas comunes. Testimonios que por su grado de fiabilidad y certeza me acercaron y aproximaron a ellas por primera vez.

Recuerdo perfectamente que el primero de ellos me llego a finales del mes de octubre del año 2007, cuando conecte mi grabadora para conservar en ella el testimonio nº 19 de ese año, correspondiente a una mujer de 87 años, Manuela Molina Castro.

Su testimonio junto a otros conseguidos con posterioridad a lo lardo del primer trimestre del año 2008 ha sido fundamental para localizar y emplazar las fosas comunes y por supuesto para poder reconstruir los hechos ocurridos en el entorno de las mismas durante el verano de 1936 y los meses posteriores.

Y gracias a los mismos poder plantear los primeros intentos de localización técnica de los fosas comunes existentes en el cementerio municipal.

La localización del primer asesinado con tumba encontrado José María Tubino Montesinos, fue un hallazgo revelador y novedoso.

Cuando en el mes de marzo de ese mismo año 2008, AREMEHISA comenzó una intervención con georadar para localizar estas fosas, la fortuna y el azar quisieron que el testimonio de Ascensión Ríos Jiménez,de 80 años, también fuera revelador para localizar y ubicar otro enclave concreto.

Ya en el mes de noviembre del año 2009, realizando de nuevo otra entrevista grabada, el testimonio de Manuel Reina Navarro de 78 años, me acercaría de nuevo a otro emplazamiento más , también importantísimo para poder actualizar la investigación comenzada algunos años antes.

He tenido en cuenta también el enorme valor testimonial de los supervivientes, sus testimonios orales, su memoria viva, han servido para indagar las lagunas documentales, en muchos casos imposibles de descifrar en los documentos encontrados, para poder rescatar esta parcela oculta de la historia reciente de nuestro pueblo.

Algunos de estos fragmentos desgarradores, han salido del cajón de la memoria de muchos de ellos y el simple echo de escribirlos y leerlos hace que te duela el alma ..

… yo estaba con mi abuelo y sentí, todo el tiroteo, … había muchos muertos, y los estaban fusilando … . Luego … vimos que los estaban matando, y después les echaron gasolina, se formo una humareda negra que llegaba … a mi , una humareda …”

“… los traían al cementerio, los vimos como llegaban muertos en el camión y meterlos, tirarlos a las fosas …”

“al oír los disparos, el hijo menor, Francisco (de tan solo 18 años) acudió en ayuda de su familia, pero fue reducido, detenido y subido a un camión junto a otros hombres y mujeres, que corrieron su misma suerte. Nunca más nadie volvería a verlos con vida. Francisco, gritaba a su madre, mientras el camión se alejaba … Los cuerpos permanecieron varios días en el exterior de la casa, fueron arrojados junto a la corraleta de los cerdos, para que sirvieran de escarmiento a todo el que pudiera verlos. Así lo dejaban bien claro y todos sabían lo que les esperaba si no estaban con el nuevo régimen que surgiría del golpe de estado a la república. Nadie supo, jamás donde fueron escondidos sus cuerpos. Nadie, se ocupó de registrar nunca sus asesinatos ”

“ A mi, me decía el carcelero: a que vienes tan temprano a traerle el desayuno, si tu marido es como el cochino que están cebando para matarlo ….”

“Al buscar a Rafael y no encontrarlo, las represalias se dirigieron a su familia. Tras el registro de la huerta sin encontrar a Rafael, volvieron al molino. Preguntada la familia por el paradero del hijo, y no obteniendo respuesta alguna, ordenaron a Carmela que se pusiera el delantal en la cara, cubriéndose, para no ver lo que estaba a punto de suceder. Carmela se negó rotundamente y pudo contemplar como mataban allí mismo al padre de Rafael (su suegro) de un tiro en la cabeza.”

“… perdió gran cantidad de peso, y llego incluso a orinar sangre, debido a las palizas que soportó. Durante algún tiempo lo pudieron ver salir de los calabozos esposado, en dirección al ayuntamiento . Lo llevaban allí según nos pudo manifestar en una de esas salidas para “ajustar cuentas”.

“…el nuevo alcalde en cuestión, ante las suplicas de su esposa, que llegó a entrevistarse con el, y haciendo uso de una crueldad extrema, le manifestó, su acuerdo de que Juan saliese de la cárcel … pero no para ser libre, se lo llevaran próximamente en un camión, pero para matarlo”.

“… cuando volvían del cementerio, venían cantando y riendo. Todos se iban a la taberna a festejar su hombría. Fruto de la rapiña, el hurto y el robo perpetrado eran los objetos que en la taberna ellos mismos exhibían, relojes, monedas, anillos … de los pobrecillos que ese día habían fusilado.”

“…el estaba oculto, en un pozo en la calle Altozano, venían todos los días la guardia civil a buscarlo, lo buscaban y no lo encontraban.”

Ante el temor de que lo encontraran, huyo al campo a una casilla en los Arenales, cerca de Puente Genil.

Tras varios días escondido, y por no poner en peligro a nadie, se fue, se fue al campo solo y ya no volvimos a verlo. Cogió el camino de Puente Genil. Mi madre, tiro detrás de él, pero no lo encontró, no sabemos cuando ni como lo cogieron, alguien nos dijo que lo cogieron en el camino. Mi madre decía que había sentido tiros y que a él no le había dado tiempo a llegar a Puente Genil…

… la entrada a Puente Genil, estaba toda lleva de cadáveres, a un lado y otro de la carretera“.

” …llegaban a caballo, los hombres escuchaban los cascos desde lejos, y corrían a esconderse. Buscaban en todos, sitios, nos hacían salir de la casa a todos, nos gritaban, empujaban y amenazaban. Pero eran tan estúpidos, no encontraban a los hombres escondijos en lo alto de los árboles”.

“… José permaneció encarcelado varios días en esta prisión. En el interior de la misma y acuciado por los acontecimientos que desde ella presenciaba a diario (paseos, sacas nocturnas y asesinatos) decidió poner fin a su vida, privando a sus verdugos de este acto. Utilizando su cinturón se colgó del cuello hasta morir. Ante la impotencia que sintieron sus verdugos al ver que ya no podían ellos arrebatarle la vida, en un acto de crueldad extrema, le remataron con el tiro de gracia allí mismo.”

“ Al oír los disparos, el hijo menor, Francisco (de tan solo 18 años) acudió en ayuda de su familia, pero fue reducido, detenido y subido a un camión junto a otros hombres y mujeres, que corrieron su misma suerte. Nunca más nadie volvería a verlos con vida. Francisco, gritaba a su madre, mientras el camión se alejaba…

“… casi todos los días a los huérfanos, después del comedor del Auxilio Social, (el de las monjas) nos llevaban a la Falange, donde un señor, nos ponía a desfilar por la calle , con una palo que hacia de fusil, vestidos de “balillas” con una camisa falangista y cantando el cara al sol”.

“ Tenia que irme allí y luego me venia a la viña de mi abuelo que estaba casi enfrente del cementerio y luego por la mañana temprano me iba allí al melonar y luego ya oscureciendo volvía a la viña de mi abuelo.

… solita por aquellos caminos , de noche … dos meses estuve así escondida, me maltrataron ,me pelaron y me dieron aceite de ricino .”

“… ella pegaba muchas voces cuando le dijeron ¡ dinos donde esta tu marido¡ decía si necesitais a mi marido buscarlo por que yo no lo necesito para nada y gritaba ¡Viva la Republica¡ ¡Viva el socialismo¡ . Eso lo vi y lo oí yo.

Yo llorando y escuchando. Le decían ¡que te matamos¡ y ella les decía ¡matadme¡…”

“ Los quemaron, a los primeros los quemaron… “

“ los llevaban a la estación, salieron de la cárcel y los llevaban a todos atados a una cuerda, todos junto, quince o veinte hombre y también había dos mujeres… ya no les volvimos a ver…”

“… se que fueron asesinados en los alrededores del puente Camarata y que después los rociaron con gasolina y les prendieron fuego. Dicen que mi abuelo no murió en el primer momento, que al sufrir la descarga, su cuñado Manuel que esta al lado de él, y que era más corpulento, lo tiró al suelo, por lo que solo resultó herido y que ante el hecho de rociarlos con gasolina reaccionó y entonces le dieron el “tiro de gracia”.

“… unas gafas de alambre muy fino, sin cristales y con su funda de aluminio que estaban en mi casa guardadas. En el interior de la funda había una esquela, que fue lo último que escribió desde la cárcel, escrita a lápiz, en la que le decía a mi abuela: “Teresa te escribo esta esquela para decirte que me encuentro bien, todo iba bien, cuida mucho de los niños. Besos para todos”. Esto lo tuvo mi madre guardado en un cajón de la cómoda, como el mejor legado recibido.”

“… todos los días le hacían ir a presentarse al cuartes de la guardia civil, cuando salía, los falangistas en la calle Moralejo, lo ponían a desfilar calle arriba, calle abajo, ¡a el¡, ¡con quien había sido el ¡ lo humillaban, se reían …

“… infinidad de fusilados de la clase obrera en Aguilar, entre quince o veinte todas las noches, durante varios meses, pues por mi condición de panadero, sentíamos de madrugada el fatídico coche de la muerte en sus siniestras idas y venidas, y el aporrear de puertas por los asesinos, que se los llevaban directamente de su casa a las afueras del pueblo para fusilarlos.”

“ fue detenido y fusilado en el acto, a la altura de la huerta del nido. Venían del campo y los detuvieron a todos. Todos muertos … todos fusilados. Después se los llevaron, no sabemos donde”

“ hablamos con el por las ventanas del cuartelillo, esa noche la pasaron encerrados, a la mañana siguiente, fuimos de nuevo, y nos dijeron que se los habían llevado … jamás volvimos a verlo”

“… tome llévese la pelliza, que a el no le va a hacer ya ninguna falta.”

“ oímos disparos, salimos al camino, el camión ya había arrancado y se veía a lo lejos. Un charco de sangre y su sombrero es lo que quedo de él en el suelo …”

“… era viuda de la guerra como yo y pasaba largas temporadas en nuestra casa. Nos hacíamos mutua compañía. Era pequeña y de un moreno … adquirido por el sol y el trabajo duro en el campo, totalmente arrugadita y muy delgada; parecía que no había nada debajo de su bata, de lo delgada que era. Lo que debió de sufrir la pobre, con el recuerdo del espanto y el dolor de perder a sus seres queridos … y esos gritos de su hijo pequeño llamándola y no pudiendo ella hacer nada. En nuestra casa se decía: “Manolita, ha sufrido tanto, la pobre.”

“… a mi me llevaron a apuntarme a la Falange, en una calle, donde la casa hacia esquina, allí es donde había un señor que apuntaba a los niños. Me dieron una camisa azul, y me obligaban a ponermela, a levantar la mano y cantar el cara al sol.”

“… mi madre me llevó junto a ella al cuartel de la Guardia Civil. Allí estaban recogiendo el oro que la gente voluntariamente llevaba. Recuerdo que dejamos sus pendientes y mi pequeño anillo, porque -decía- de esta forma ya no levantaremos sospechas…”

“… llegaban a la taberna, medio borrachos, cantando, pedían de beber y luego entre risas y bromas, sacaban de los bolsillos los objetos que habían robado ese día a los infelices que habían fusilado, un reloj, un anillo, algunas monedas..”

“… mi padre al escucharlos, sabio a avisar de que lo iban a matar. Reían y cantaban y uno uno ellos, saco un bocadillo con el papel en el que estaba envuelto, lleno de sangre. Dijo haberlo quitado a un obrero que acudía a trabajar a Carbonell, que detuvieron y fusilaron esa misma mañana. No tubo ningún repara en comerselo.”

Las últimas muestras de ADN procesadas por AREMEHISA (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera) (Córdoba) han logrado devolver la identidad a cinco personas más”desaparecidas” en el mes de agosto de 1936 en Aguilar de la Frontera.

La identificación genética, ha resultado determinante para poder resolver el problema de identidad de los restos óseos exhumados y cinco personas más con una calificación inicial de identidad presuntiva, han logrado obtener el resultado de positivo, al encontrar familiares con los cuales cruzar los datos de sus perfiles de ADN.

Con estas últimas cinco personas, ya son 31 las identificaciones positivas de personas asesinadas en la localidad, a raíz de los acontecimientos desatados tras el 18 de julio de 1936.

Esta última identificación ha devuelto la identidad a:

ANTONIO PINTOR MARÍN: Natural de Fernán Núñez, 43 años, taxista de profesión, era Presidente de la Agrupación Local del Partido Socialista Obrero Español en la localidad de Fernán Núñez, fue asesinado en las salinas de Aguilar el día 16 de agosto de 1936.

ALFONSA GALÁN LUNA: Natural de Fernán Núñez, sus labores, 47 años y casada con el montemayorense Fernando Nadales Carmona a/ “Nalón”, fue asesinada en las inmediaciones de Aguilar, el día 16 de Agosto de 1936.

TEODOMIRO VILLALBA VELASCO: Jornalero, 33 años de edad, natural de Fernán Núñez, fue fusilado en las salinas de Aguilar el día 16 de agosto de 1936.

RAFAEL PRIETO NADALES : a/ “Pelengue”: Natural de Montemayor, 37 años, jornalero, fue fusilado en las inmediaciones de Aguilar de la Frontera el día 16 de agosto de 1936.

MANUEL PALMA VARO: Natural de Aguilar de la Frontera, 42 años de edad. Fue tesorero de la Agrupación Republicano Socialista de Aguilar de la Frontera, sería asesinado en Aguilar el día 6 de agosto de 1936.

El proyecto de identificación genética iniciado por AREMEHISA, aún no no esta cerrado, pues faltan aún por procesar tres muestras más de familiares, para cruzar datos e intentar devolver la identidad a otras 11 personas con identificación presuntiva. (Coinciden los datos de deposito y saca, además de la identificación antropométrica, pero falta aún resolver y concluir la identificación a través de la relación de familiaridad obtenido del ADN de un familiar válido).

AGUILAR DE LA FRONTERA (II REPUBLICA) … la situación en agosto de 1933,

Autor: Rafael Espino Navarro

Fachada del Ayuntamiento de Aguilar en 1933

Hace ahora justamente 79 años, a comienzos del mes de agosto de 1933 la situación del problema del trabajo en Aguilar de la Frontera y en la provincia de Córdoba, será tan grave, tan extrema, que el gobernador, enviará una circular a todos los alcaldes de los ayuntamientos de la provincia haciendo resaltar la necesidad de que por parte de los alcaldes se exija a la patronos … con toda rigidez y sin pretexto … la colocación de los padres de familia en las fincas de las distintas localidades.

“ … con toda rigidez y sin ningún pretexto, exijan a los patronos agrícolas sean colocados en las faenas del campo y por turno riguroso, los cabeza de familia que existan en paro en esa localidad.”

El propio alcalde socialista, José María León Jiménez, hará unas declaraciones el día 5 de agosto, (concretamente para la revista de feria), en las que resume los puntos mas importantes y urgentes de la labor municipal por esos días.

Alcalde José María León Jiménez

“… el palpitante asunto del paro absorbe casi por completo toda mi atención, dejándome escasísimo tiempo para dedicarlo al resto de deberes de la administración municipal. Cada día es mas ardua y difícil la gestión municipal, por que no se termina un asunto y surgen otros, muchos imperiosamente urgentes, cual este del paro obrero,nos preocupa grandemente,resultando el mismo casi agobiador.

En cuanto a otros problemas de interés para la localidad, hay concedida una subvención del Estado, para la creación de dos grupos escolares, cuyo proyecto esta ya perfectamente perfilado y falta ahora únicamente para llevarlo a la realidad, el conseguir un empréstito ( que está en trámites) de la Caja Colaboradora del Instituto Nacional de Previsión. Asimismo es de capital importancia resolver el problema del abastecimiento de aguas. Y como consecuencia, conseguido este, al que ha de supeditarse, acometer la ampliación de la red de alcantarillado que se encuentra sin terminar y es muy necesaria.”

De nuevo y ante la agudeza de la crisis del trabajo y del numero de obreros sin empleo, los alcaldes de la provincia vuelven a constituir una Asamblea provincial para buscar todos juntos solución al problema del paro.

Se reunirán otra vez más en Córdoba, el día 15 de agosto, en el Ayuntamiento de la capital y entre los acuerdos alcanzados se acordó elevar al Gobierno de la nación las siguientes conclusiones adoptadas por todos en la Asamblea:

Se solicitó ampliar la libertad a los alcaldes para imponer sanciones a quienes de forma sistemática incumplen las disposiciones contra el laboreo forzoso

Que se imponga a la clase patronal la obligación de colocar a los cabezas de familia inscritos en las Bolsas de Trabajo.

De igual forma se acordó solicitar al gobierno la concesión de créditos para mediar y paliar la trágica situación que atraviesa la provincia de Córdoba.

Solicitar se dicte una ley urgentemente obligando a todos los propietarios de fincas incomunicadas o si fácil acceso a carreteras y caminos vecinales para que se construyan en ellos carriles y edificios en las fincas que carezcan de ellos.

Solicitar al Instituto de Reforma Agraria la inmediata aplicación en esta provincia de dicha ley.

En el resto de la provincia, se comenzarán a producir las primera incautaciones de fincas en aplicación de la Ley de Reforma Agraria, en concreto en el término de Hornachuelos (la finca “Moratalla” con 1.425 hectáreas) y en el de Castro del Río (la finca “Cortijo del Alcaide“ con 285 hectáreas, la denominada “Peñón de Matallana“ con 169 hectáreas, el “Cortijo Carchena y Cerro de la Noria“ con 613 hectáreas, “Cortijo Bandas“ con 293 hectáreas y el “Cortijo Calderón“ con 291 hectáreas) casi todas las fincas propiedad del ex duque de Medinaceli.

Además no dejaban de presentarse denuncias por parte de los obreros en los Jurados Mixtos por incumplimiento de acuerdo de los patronos. Esto no hacia sino agravar la situación del paro existente, ya que los patronos se negaban a dar trabajo de forma constante, sumiendo así a los jornaleros en la más espantosa miseria de nuevo.

Ello facilitaba a la vez la coartada para que los propietarios y terratenientes aclamaran a los cuatro vientos, que … la situación era insostenible, que se vivía en una situación anárquica, sin respeto a la propiedad ni a las personas, y que por lo tanto, hace falta el empleo de la fuerza publica para restablecer la normalidad.”