El V premio a la Memoria Histórica “José ´María León”, que concede AREMEHISA (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera) (Córdoba), ha recaído a título póstumo en esta ya su quinta edición en las personas de JOSÉ MARÍA (Amor) CABEZAS ARANA, exiliado aguilarense en Francia, combatiente en la resistencia francesa y deportado al campo de concentración alemán de Buchenbach y en MANUEL VARO CHICANO (Parrita), exiliado aguilarense en Francia y combatiente en la resistencia francesa.

 
    Con la entrega de este galardón a José María Cabezas y a Manuel Varo Chicano, AREMEHISA, ha querido este año rendir homenaje a todas aquellas personas que tuvieron que abandonarlo todo para poder salvar la vida. A aquellas personas que les toco seguir siendo la otra España más allá de nuestras fronteras tras su migración política.
 
   La entrega del premio se celebrará en el próximo día 6 de agosto a las 20:00 de la tarde en el Salón de Actos del Ilustre Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera, y a la recogida del mismo acudirán familiares descendientes de ambos premiados, residentes en Francia.
 
“ La experiencia de los campos de acogida franceses fue terrible. Ni Francia estaba preparada para recibir aquella riada humana ni su ciudadanía estaba dispuesta a aceptar su integración. Los piojos, el frío y las enfermedades acompañaron a aquellas gentes que habían tenido que dejar todo
atrás. Con el inicio de la II Guerra Mundial los huidos se encontraron inmersos en un nuevo conflicto del que formaban parte por su filiación ideológica.
En Francia, la mayoría de los que allí se quedaron correspondían a miembros de clases humildes, con un bajo nivel de educación. Los profesionales de clases medias, con mayor capacidad económica, buscaron rehacer sus vidas en el continente americano.
Tras la ocupación nazi unos optaron por incorporarse a la resistencia y otros por los trabajos comunitarios. Los campos de batalla y los de concentración fueron para muchos el fin. Los que consiguieron salir vivos de aquellos terribles años se enfrentaron a la postguerra con la ilusión de
ver caer el Régimen de Franco y poder volver a sus hogares y reencontrarse con los suyos. Sin embargo, el sueño no se hizo realidad… “
 
                                                                                                              El exilio de los republicanos españoles (Geneviève Dreyfus-Armand )

Tras una larga y dilatada espera de casi un año para conseguir los permisos administrativos y familiares oportunos para poder abrir la fosa número 21 del cementerio municipal de Aguilar de la Frontera (Córdoba), AREMEHISA, ha dado comienzo por fin a los trabajos de exhumación el pasado día 18 de julio.

“ el azar ha querido que de nuevo esa fecha tan histórica del día 18 de julio, vuelva a ser un referente en nuestro trabajo diario. Un 18 de julio del año 2008, AREMEHISA presentó ante la Audiencia Nacional una denuncia por desapariciones forzadas y un 18 de julio del año 2011, hemos comenzado a exhumar, la última fosa documentada, de la zona oeste.”

Los trabajos de exhumación dieron comienzo el mismo día 18 de julio, desmontando el enterramiento familiar ubicado sobre la fosa común desde comienzos de los años cincuenta del pasado siglo. Una edificación familiar que albergaba los cuerpos de cuatro personas fallecidas y a las cuales se les ha realizado el oportuno traslado administrativo.

AREMEHISA, afronta esta nueva fase de exhumación, de la misma forma que la realizada el pasado año 2010, el personal técnico esta formado por dos arqueólogos, us antropólogo, un técnico en planimetria, un documentalista y un técnico adenetista, acompañados por un amplio grupo de voluntarios y familiares.
A solo tres días del comienzo de esta nueva fase, los trabajos ya han dado sus resultados, localizando a un metro y setenta centímetros los primeros cuerpos arrojados a esa fosa.
Los trabajos de exhumación proseguirán a lo largo de las siguientes semanas paralelamente al proyecto de identificación por ADN, que AREMEHISA viene desarrollando desde el pasado mes de Febrero y que se encuentra ya muy avanzado.

“Es ley de guerra que los vencedores traten a los vencidos a su antojo”

Cayo Julio César

La represión comenzó con el golpe de estado de forma generalizada y brutal. Desde el mismo día 18 de julio de 1936 y hasta el fallecimiento del caudillo el 20 de noviembre de 1975, los españoles vivieron, una larga y cruenta guerra civil y una posguerra de casi cuarenta años, caracterizadas ambas etapas por la aplicación de una predeterminada estrategia represiva fríamente calculada desde sus orígenes. “… La acción ha de ser en extremo violenta, para reducir lo antes posible al enemigo que es fuerte y bien organizado.“ “… serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos al Movimiento, aplicándose castigos ejemplares a dichos individuos, para estrangular los movimientos de rebeldía o huelga”. Así se expresaba “el director” unas semanas tan solo antes del golpe de estado y a medida que avanzaba el ejército rebelde en sus posiciones las represión se cebó sobre todo en la clase obrera y campesina, así como en los afiliados a sus organizaciones.

La Junta de Defensa, no tardo mucho tiempo en dotarse de instrumentos jurídicos para proceder a una sistemática y ejemplar represión. Los bandos del 17 y 18 de julio, declaraban el estado de guerra, asumiendo todos los poderes la autoridad militar; el 18 de julio esta misma Junta declaraba en rebelión militar a cualquiera que hubiera defendido, activa o pasivamente el orden constitucional vigente en la II Republica. Las matanzas indiscriminadas de las primeras semanas, se convertían en ejecuciones militares decretadas por tribunales militares por adhesión a la rebelión militar. La represión no se detuvo en las personas, alcanzó también a todas sus organizaciones, partidos y agrupaciones políticas que hubieran formado parte del Frente Popular. El 18 de agosto Queipo de Llano decía en la radio …” el ochenta por ciento de las familias andaluzas están de luto y no vacilaremos en recurrir a medidas más rigurosas”.

La sociedad española vivió bajo el estado de guerra declarado desde el día 28 de julio de 1936 hasta mediados del año 1948. Los militares y sus afectos civiles inundaron todo el aparato del estado, haciéndose cargo de la gestión de la economía del país y creando tribunales especiales encargados de administrar la justicia de los vencedores, con una técnica metódica e implacable. Las nuevas autoridades se propusieron erradicar por completo todo lo que la sociedad liberal del medio siglo de restauración y todo lo que la sociedad democrática de cinco años de republica habían visto surgir. El nuevo régimen instauró la represión y el miedo, como política de estado, en lugar de fundamentar la paz en una reconciliación, que curiosamente, serían los propios vencidos los que la harían posible cuarenta años después a expensas de renunciar a la verdad y a la justicia. Desde 1936 hasta 1939, y luego bajo el régimen, desde 1939 hasta 1975, la única versión oficial que se dio en nuestro país y la cual se encargó el régimen de transmitir a la sociedad española fue la del olvido, el miedo y la impunidad. La represión alcanzó a dirigentes políticos de organizaciones de izquierda, maestros, intelectuales, escritores, científicos, y personas anónimas cuyo único delito consistió en mantenerse leales al Gobierno constitucional vigente. Fueron objeto de depuración, una depuración iniciada por la sanguinaria maquinaria franquista, cuyo único y principal objetivo consistió en exterminar y arrancar de raíz todo vestigio de germen republicano que pudiera poner en peligro el naciente régimen de terror. Los sometidos a depuración hubieron de abandonar a sus seres queridos al ver peligrar sus vidas, padecieron largos años de encierro en míseras prisiones, sufrieron torturas indiscriminadas, persecución, indignas humillaciones, destierro, desapariciones forzadas y ejecuciones por fusilamientos. Se les mató en las cunetas, en las tapias de los cementerios, se ejecutó planificadamente el 10 % de las poblaciones donde entraban los militares rebeldes, se premeditó eliminar a maestros, poetas, médicos y jornaleros, todo con un único objetivo histórico, perpetuarse en el poder personal y oligárquico motivado por la explotación del hombre, para aniquilar y triunfar sobre la lucha de clases del proletariado y campesinado, utilizando la represión, la sumisión, el amiguismo y la violencia de las armas.

Las atrocidades cometidas durante los años de guerra se ocultaron, se manipularon y se silenciaron maquiavélicamente por parte del nuevo régimen surgido, como parte de una estrategia de posesión de la verdad. Se difundían públicamente las atrocidades de los “rojos”, – Causa General, creada por Decreto de 26 dé abril de 1940- ( ni una sola recogerán de esta población), pero, se guardaban bajo una pesada loza de olvido, las practicadas por los afectos al movimiento nacional durante la guerra y la posguerra. Bajo una encubierta apariencia de investigación imparcial y rigurosa, se manipulo la información, con el pretexto de exagerar los abusos del enemigo y así poder justificar los propios. Aplicar la política del olvido y el miedo institucionalizado garantizó durante toda la permanencia de la dictadura su efectividad.

Muchas personas – no todas- han vencido ya, la política del miedo, totalmente o en parte, siendo lo suficientemente valientes para hablar. Hablar , venciendo el miedo aún a pesar de llevar más de cuarenta años, sufriendo “en silencio” el temor de no poder hablar, pues solo tenían derecho a callar y sufrir, a agradecer día a día que aun seguían vivos, a temer por sus seres queridos, a ser parientes de los “marxistas” o “rojos”. Así de terrible e injusta fue la vida para centenares de familias, condenadas a vivir en una atmósfera de temor y miedo constante y permanentemente, durante mucho, muchísimo tiempo.

Igualmente el olvido, ha dejado paso a la memoria, que hoy por hoy vive tiempos de éxito, pues salvo en casos excepcionales, podemos decir que en los últimos años se le ha concedido un tiempo muerto. La demanda social, de memoria ha crecido sobre todo en las nuevas generaciones que ya temen saber , son los nietos, a la que nadie había hablado de nada, y sienten la necesidad de saber, de preguntar, de recomponer su historia familiar quebrada en el tiempo y oculta en el pasado. Esa nueva generación, busca respuestas y tras siete décadas, el recuerdo y la palabra, sustituyen hoy al miedo y al olvido. Son los descendientes de las victimas, que asumen su legado ideológico y se hacen depositarios de los principios que defendieron incluso con sus vidas, asumiendo la responsabilidad de preservar su memoria y su dignidad, por que básicamente es una cuestión de calidad democrática y defensa de los derechos humanos.

Durante muchos días grupos armados patrullaron el pueblo sacando a las personas de sus casas, deteniéndoles en los bares y en los campos, con cualquier pretexto. Obligados a subir a camiones fueron llevados a lugares alejados del pueblo y despojándoles de los objetos de valor y de la documentación, eran asesinados y abandonados los cadáveres o arrojados en cunetas y fosas comunes. En este pueblo de poco más de 13.000 habitantes la represión a su paso dejo un reguero de dolor y de muerte inimaginable a su paso – cientos de personas huidas, exiliados de por vida, que solo regresaron muerto el dictador, encarcelamientos, campos de concentración, suspensiones de puestos públicos, depuración de funcionarios, incautación de bienes y más de ciento cincuenta personas fusiladas y desparecidas – dejando secuelas vivas en cientos de familias que desconocen donde se encuentran los restos de sus familiares, diseminados por todo el termino municipal y ocultos en grandes fosas comunes.

Es nuestro deseo de esta manera devolver parte de esa historia que ha de ser de todos y que fue arrebatada a tiros a los habitantes de esta población, recuperar parte de la vida de las personas asesinadas a través de sus nombres y que las futuras generaciones conozcan los capítulos silenciados de nuestra historia, que conozcan quienes fueron esos hombres y esas mujeres que defendieron con sus vidas los valores de la democracia, sobre los que hoy se asienta, nuestro estado de derecho. Devolver un pequeño espacio en esa memoria de todos, a sus ideas, a su lucha, a sus creencias, a su cultura nos devolverá un patrimonio colectivo, el cual estamos llamados a preservar y conservar. La búsqueda de la verdad, los hechos ocurridos, el derecho y la razón en este sentido tienen un objeto común: aclarar la significación de las desigualdades existentes en esos tiempos en un estado de dominación, donde todos los hombres no eran iguales ni libres.

18 de Julio… nunca más

La alcaldesa de San Sebastián de los Ballesteros (Córdoba) se niega a que se inaugure oficialmente en el cementerio municipal un monolito a los fusilados por el franquismo en la guerra civil.

El acto de inauguración oficial del nuevo monolito en memoria de los represaliados del franquismo en San Sebastián de los Ballesteros, esta programado desde hace mas de cinco meses para el próximo día 13 de agosto del 2011 a las 20:00 horas en el cementerio municipal de esta pequeña localidad cordobesa.
El anterior Ayuntamiento socialista de esta localidad, fue el promotor de esta idea suscitada por un amplio colectivo de familiares y coordinada y asesorada por las Asociaciones de Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera (AREMEHISA) y la de la Rambla.

Para ello el anterior equipo municipal, encabezado por su alcalde Mateo Luna Alcaide, recibió el pasado año de la Junta de Andalucía una subvención en la modalidad de Ayuntamientos Beneficiarios de Monumentos, de conformidad con la orden de 2 de diciembre de 2009 (Boja núm, 5, de 11 de enero de 2010) para las entidades sin ánimo de lucro , Ayuntamientos y Universidades públicas de Andalucía, con la finalidad de realizar actuaciones para el desarrollo de medidas para la coordinación de actuaciones de Recuperación de la Memoria Histórica, y el reconocimiento institucional y social de las personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la Posguerra, en base a estudios históricos que avalen la certeza de los hechos que ocasionaron la desaparición de personas y el lugar de su enterramiento.

Pero el reciente cambio electoral derivado de las pasadas elecciones municipales ha suscitado la polémica entre la actual alcaldesa del Partido Popular Mª. Adela Ortega Martin y los promotores de esta iniciativa.

La edil del PP, no quiere ni oír hablar del monumento a los represaliados por el franquismo, situado en el interior del antiguo cementerio local, argumentando que la inauguración oficial del mismo “dividirá” la opinión de sus tranquilos convecinos y “levantará ampollas” en la localidad.

La dialéctica empleada durante las últimas semanas por José Sag Ortiz, coordinador del colectivo de familiares y miembro de AREMEHISA (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera, no han surtido los efectos deseados, ya que la alcaldesa, ha llegado a manifestar “… que si es necesario cerrara las puertas del cementerio municipal para que el acto de inauguración no llegue a celebrarse, pues victimas fueron todos, los de un bando y los del otro” y no atiende, ni contesta siquiera a las continuas llamadas para celebrar una reunión y aclarar esta cuestión.

La máxima responsable actual del consistorio se niega a que se erija un monumento en el cual no aparecen ni tan siquiera los nombres de las personas represaliadas, ni incluso ninguna frase conmemorativa a favor de “los que lucharon por defender la República”. Un monumento genérico, en el cual los familiares de las víctimas podrán depositar una flores en memoria de sus seres queridos, que aún siguen desaparecidos en cunetas y fosas comunes y reparar y mitigar el dolor y el sufrimiento que han soportado durante tres cuartos de siglo, dando un verdadero ejemplo de tolerancia y dignidad, como nunca se ha dado en este país.

Los familiares, hijos, nietos y demás familia, están dispuestos a realizar el próximo día 13 de agosto (sábado), un homenaje oficial a sus “desaparecidos” victimas de la barbarie y la sin razón desatada a raíz del alzamiento militar del 18 de julio de 1936. Para ello, muchos de ellos ya octogenarios se desplazaran desde miles de kilómetros y volverán a pisar de nuevo la localidad que tuvieron que abandonar hace ya demasiados años, para echar raíces y rehacer sus vidas en otros puntos de España, donde el recuerdo y el dolor no los ahogara todos los días.

Su homenaje, su pequeño homenaje, tanto tiempo esperado, no se vera aplazado una vez más, están decididos. A muchos de ellos no les queda mucho tiempo. Y si es necesario y la intransigencia e intolerancia de la alcaldesa la impide, celebrarán los actos de homenaje en la localidad vecina de La Rambla.

A solo tres días del 75 aniversario de la sublevación militar del día 18 de julio de 1936, la polémica, esta servida. Irremediablemente, aún existen dos Españas. Una sigue apostando por el olvido, que nos conduce a no conocer nunca la verdad y obliga a las familias de las victimas una vez más a la humillación democrática de dejar pasar una oportunidad para que las heridas se cierren y cicatricen. La otra España, hoy ya sin resignación y sin imposición ha desechado el olvido y apuesta por la memoria. Esa memoria que día tras día, lo quieran o no honra y dignifica a nuestros muertos.

Irremisiblemente, mientras esto siga así … aún seguiremos en guerra.